El detenido se apostaba o se introducía en el portal de edificios de la zona centro de las ciudades y convencía a mujeres de edad avanzada para que le dejasen entrar en su domicilio arguyendo, en unas ocasiones que era fontanero y en otras que era empleado de la Empresa Municipal de Aguas.
Les advertía de la existencia de problemas de humedades o de filtraciones de agua en los pisos, y una vez en el interior de las viviendas les daba indicaciones para que vigilasen, en unos casos el fregadero de la cocina, en otros los lavabos del servicio, mientras él solucionaba los problemas descritos.
Sin embargo, lo que hacía era acceder a las habitaciones de las ancianas donde les sustraía joyas, objetos de valor y dinero en metálico que encontraba, para marcharse apresuradamente del domicilio. En ese momento era cuando las mujeres se percataban de que habían sido víctimas del hurto.
Al mismo le constan, bajo 10 identidades distintas, un total de 19 detenciones anteriores por delitos de robo con fuerza, hurto, tráfico de drogas y relacionadas con la ley de Extranjería.
La investigación fue realizada por agentes de la Brigada de Policía Judicial de las Dependencias de El Coto de Gijón, en colaboración con las Brigadas de Policía Judicial de Pola de Siero y de Bilbao, pertenecientes a las Jefaturas Superiores de Policía de Asturias y del País Vasco.
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