En su sentencia, se considerad probado que "existen indicios de que" los acusados "han hecho de la venta de drogas su medio de vida" y les condena como "autores criminálmente responsables de un delito contra la salud pública de tráfico de sustancias estupefacientes de lasque causan grave daño a la salud".

Además, apunta la gravedad del hecho de que la sustancia de la que se trata sea heroína, "seguramente la sustancia estupefaciente potencialmente más perniciosa para la salud humana"; así como el hecho de que ya han sido condenados por un delito idéntico.

A eso, el tribunal une que "la conducta delictiva se desarrolla en en un domicilio, lo que revela una cierta infraestructura en la ejecución de los hechos; además de que el hecho de que se desarrolle en la privacidad del propio domicilio evidencia que de esta forma se pretende garantizar la impunidad y seguridad".

Siguiendo el relato de la sentencia, los acusados (un hombre y una mujer) habían organizado en su propio domicilio un punto de venta de heroína, que era facilitada a consumidores que acudían al mismopara su adquisición.

Además, en un registro en el domicilio se encontró una cajita con marihuana, así como ochenta euros en efectivo, "procedentes del tráfico ilegal de sustancias estupefacientes".

En el transcurso de la vista oral, que se desarrolló los días 9 y 10 de abril de 2018, un comprador relató cómo "la puerta del portal" del domicilio de los acusados "aunque es de lunas tintadas, está siempre lo que es la hoja de la derecha, abierta, y cuando vemos que está abierta, suele ser una señal de que... bueno, de que el negocio está funcionando".

El tribunal añade que "constituye también un indicio susceptible de ser valorado de modo complementario, el hecho de que no consta que" los acusados "posean un medio lícito de vida".

Ambos viven en ese domicilio con sus seis hijos y un sobrino, sin que tampoco se haya probado que ninguno de los hijos contribuya económicamente al sostenimiento familiar.