La séptima etapa de la Vuelta, que cubría los 185,7 kilómetros entre Puerto Lumbreras y Pozo Alcón, Murcia, culminó con victoria de Tony Gallopin, quien apretó en los últimos kilómetros para zafarse del grupo de favoritos y levantar los brazos en la meta.

Con el pelotón agrupado hasta los últimos kilómetros de etapa, con la subida al Alto del Ceal como plato fuerte, todo apuntaba a una llegada al sprint en la que estaba destinado a coronarse uno de los grandes del grueso del grupo.

Sin embargo, en los útlimos compases de la subida, todo se tornó aún más interesante con la apertura de varios cortes.

Una caída en la que se vieron implicados, entre otros, Kwiatkowski y Nairo Quintana, que tuvo que cambiar bici, rompió el pelotón en dos. El ex maillot rojo del Sky se quedó rezagado, pero el colombiano de Movistar consiguió unirse al primer grupo, que se separaba del grueso plagado de favoritos rumbo a la victoria.

En ese momento, un valiente Lluis Mas, corredor del invitado Caja Rural-Seguros RGA, se lanzó a la aventura tratando de buscar la gloria en una meta inédita. A su rueda salió poco después Jesús Herrada, del Cofidis. Ambos intentos neutralizados por un grupo perseguidor con varios pesos pesados.

Y entonces apareció Gallopin. El francés del AG2R se separó del amplio grupo en el que rodaban, entre otros, el líder, Molard, Alejandro Valverde o Peter Sagan, y sacó una distancia de 20 segundos de media que le valió, en última instancia, para conquistar la victoria. Tras él entraron arañando segundos Sagan y Valverde, en lucha por la segunda plaza.

Buenas noticias para el español del Movistar que se hizo con las bonificaciones de meta y de sprint especial, y que desprende enormes sensaciones de estado físico, lo que le mantiene en la pelea por la Vuelta, de la que es segundo, a 47 segundos del líder. De rojo se viste un día más Rudy Molard.