Según Zach Tutor el arte de umbral bajo —a veces también llamado surrealismo pop o lowbrow— está entrando en una "nueva era". Teniendo en cuenta que el estilo nació hace un cuarto de siglo, las cuentas salen. Algunos de los nombres iniciales ya están en las colecciones de los museos y se cotizan con al menos cinco dígitos, por ejemplo Mark Ryden, Gary Baseman y Shag.

Si el género desacomplejado, divertido y retador de los primeros activistas heredaba la explosiva visualidad del cómic, la certera crítica del grafiti y la desvergüenza punk del hazlo-tú-mismo, la segunda oleada, que ya tiene medio camino recorrido y las puertas del mercado de las galerías abiertas, está sacando provecho de "tener el mundo a su alcance" y, gracias a las redes sociales, "compartir" a una velocidad nunca alcanzada.

Quizá la rapidez y lo efímero tengan que ver con el nombre, Supersonic Art (Arte Supersónico), del gran proyecto vital de Tutor, que se presenta como curator de arte y ser humano "ocasionalmente inadaptado". A partir de un microblog que llegó a tener 500.000 seguidores en Tumblr y ahora se ha convertido en página web con dominio propio, el estadounidense ha dado cuerpo y voz a una red internacional de jóvenes creadores de todo pelaje.

Una vez al año, desde hace cinco, el promotor de Supersic Arts selecciona en una colectiva anual a los artistas que considera más destacados. Sólo pone como condición que se mueven en el terreno de lo figurativo y que tiendan, aunque lo contrario no es una condición excluyente, a la fantasía y lo tenebroso o equívoco.

La 5th Annual Supersonic Invitational (5ª colectiva anual por invitación de Supersonic) se celebra hasta el 30 de enero en la galería Spoke Art de San Francisco, un espacio dedicado a la creación artística más reciente. Participan 70 artistas de varios países, la gran mayoría de los EE UU. El listado completo, con vínculos a las páginas de cada uno, puede consultarse en la web de la exposición. Habrá actualizaciones y nuevo material gráfico en la página del evento en Facebook.

El organizador del cotarro no se queda corto en aspiraciones y califica a los seleccionados por él mismo como "los mejores y los más brillantes" entre los pintores, escultores, dibujantes e ilustradores de lo que llama, aunque no define, "un  nuevo movimiento contemporáneo". El sentido de unidad se basa meramente en que los artistas "han estado con Zach desde el principio" y han "crecido" con el paso de los años. "Es un emocionante y hermoso momento para estar vivo y Supersonic tiene la intención de mostrarlo", dice el coordinador en su escueta y desprovista de ideología estética declaración de intenciones.

Entre los presentes en la quinta edición están Chad Wys (1983), un artista visual que utiliza técnicas mixtas en creaciones conceptuales; el artista callejero hawaiano Woes Martin, que hace guiños al muralismo y la cultura del hip-hop, y la dibujante e ilustradora Sarah Joncas (1986), con un estilo realista de retratos en el que mandan el detalle y lo surreal.

Figuran también en la colectiva la canadiense Jen Mann, con una mirada fotorrealista y de exploración interior; la japonesa Hikari Shimoda, que dibuja un mundo infantil donde el horror yace latente bajo la realidad, y Rebecca Mason Adams, pintora hiperrealista en blanco y negro de personajes que parecen buscar sentido a la vida.