Los ciudadanos que día a día usan las estaciones de Cercanías de Méndez Álvaro, Doce de Octubre, Puente Alcocer y Zarzaquemada deberán cultivar algo más la paciencia y seguir ejercitando las piernas. Al menos, hasta primavera. Hasta esa fecha, no estarán en marcha las 12 escaleras mecánicas que permanecen fuera de servicio desde agosto de 2017 y que han hecho brotar un reguero de molestias, quejas y reclamaciones.

Este horizonte de, al menos, cinco meses más de espera, es el cálculo que maneja Renfe, explican desde el operador ferroviario. Tras adjudicar en junio un contrato publicado nueve meses antes, la multinacional alemana ThyssenKrupp –la única que pujó– inició la operativa para reemplazar todas las unidades defectuosas por otras en septiembre.

Las obras han empezado por las cuatro pasarelas bloqueadas de Méndez Álvaro. La razón, según Cercanías, es evidente: se trata de uno de los puntos más cargados de la red madrileña, el quinto tras Atocha, Nuevos Ministerios, Sol y Chamartín y el séptimo –u octavo, según el año–de todo el país. Con más de siete millones de usuarios, las cuatro líneas de corta distancia que lo surcan dan servicio a la nuclear Estación Sur de autobuses, intercambiador que conecta a su vez con la 6 de Metro y decenas de urbanos e interurbanos. La previsión es culminar esta parte del trabajo en las próximas semanas, aunque, de momento, el trasiego de turistas y habituales se hace entre andamios, poleas y ruido.

Tras Méndez Álvaro, la siguiente pantalla es Doce de Octubre. A los pies de uno de los hospitales de referencia de España, hay dos escaleras inútiles. Aunque Cercanías asegura que la accesibilidad está "garantizada" en la media decena de lugares alcanzados por este fallo multisistémico, el operador ha tenido que aguantar el chaparrón ante las críticas de distintos colectivos. La Federación de asociaciones de personas con discapacidad física y orgánica (Famma) lo denunció en abril ante la Fiscalía; por su parte, la Federación regional de asociaciones vecinales (Fravm) ha protestado más de una vez, incidiendo en que los más perjudicados son los usuarios de la C–5, por ser la que hilvana todas las instalaciones afectadas. Las cuatro de Zarzaquemada, en Leganés, y las dos de Puente Alcocer, en Villaverde, serán las últimas de la lista.

La historia es polémica desde el principio. Entre el 9 y el 10 de agosto de 2017, las redes sociales se llenaron de imágenes que alertaban de una avería simultánea en estas cuatro estaciones, más Majadahonda y Atocha, la principal del país. Aquí, los usuarios pudieron ver cómo diez de las pasarelas que conectan los andenes con el vestíbulo principal se quedaban congeladas de la noche a la mañana. Renfe pidió disculpas por el lanzamiento de lo que denominó un "proceso de adecuación"; según los sindicatos, no había avería, sino una decisión "preventiva" para evitar que la obsolescencia de las infraestructuras generara males mayores. Tras muchas negociaciones, se decidió repararlas a comienzos de año para sustituirlas por unas nuevas en 2020. La confusión obligó a contratar a personal para dirigir a los usuarios. 

El ministro de Fomento, José Luis Ábalos, se reúne este lunes con la consejera de Transportes de la Comunidad, Rosalía Gonzalo. Sobre la mesa, el futuro del Plan de Cercanías, un minucioso paquete de inversiones hasta 2025 lanzado por el gobierno de Mariano Rajoy para paliar las constantes incidencias de la red madrileña. Entre otras mejoras, también abordaba la cuestión de las escaleras.

En su primer encuentro oficial con Ángel Garrido el pasado jueves, Pedro Sánchez reafirmó el compromiso de los socialistas con el plan e insistió en su ampliación. Así, trasladó que pondrá sobre la mesa mil millones más, hasta los 6.000, aunque se desconocen los pormenores o en qué medida este incremento alterará la hoja de ruta trazada por el PP.