Estos cuerpos policiales desplegaron un dispositivo de vigilancia en torno a este Parque Natural durante los días 26, 27 y 28 de octubre para prevenir y perseguir la recolección abusiva de setas, sobre todo de níscalos, por el grave daño medioambiental que se estaba produciendo en la zona, ya que los recolectores estaban arrasando el manto vegetal donde crecen estos hongos.
La recolección intensiva provoca que en el futuro no vuelvan a crecer más setas y los recolectores no buscaban setas para autoconsumo, porque la recolección estaría limitada entonces a cinco kilos por persona y día, sino que recolectaban el mayor número posible de estos hongos.
Los denunciados, la mayoría de origen rumano, carecían además de la autorización administrativa preceptiva, según detallan desde el Instituto Armado.
La recolección de productos en los espacios naturales está regulada por la Ley de la Flora y la Fauna Silvestres y se requiere autorización para la recolección y aprovechamiento de los productos silvestres, salvo las excepciones previstas para aquellos casos cuyo fin es el autoconsumo de determinadas especies.
Las denuncias han sido enviadas a la autoridad competente, la Delegación Territorial de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio de la Junta de Andalucía.
Las setas intervenidas han sido destruidas en un centro gestor de residuos, ya que se ha considerado que no eran aptas para el consumo humano al incumplir la normativa sobre seguridad alimentaria.
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