Los padres de Iñigo Cabacas: "Esperamos algún rayo de sensatez divina para que consigamos Justicia"

  • BILBAO, 15 (EUROPA PRESS)
Manu Cabacas y Fina Liceranzu
Manu Cabacas y Fina Liceranzu
EUROPA PRESS
Manu Cabacas y Fina Liceranzu

Los padres del joven aficionado del Athletic de Bilbao Iñigo Cabacas, que falleció el 9 de abril de 2012, cuatro días después de haber recibido en la cabeza el impacto de un pelotazo de goma de la Ertzaintza tras un partido del equipo rojiblanco con el Schalke 04, han asegurado que tienen una sensación "agridulce" ante el juicio que se ha iniciado este lunes contra seis ertzainas porque "han sido verdaderamente vergonzosas" las trabas que, en su opinión, se les ha puesto para llegar a la vista oral. "Esperamos algún rayo de sensatez divina para que consigamos Justicia", han asegurado.

Manu Cabacas y Fina Liceranzu, visiblemente emocionados, han realizado declaraciones ante los medios de comunicación antes de comenzar el juicio en la Audiencia Provincial de Bizkaia por la muerte de su hijo, más de seis años de los hechos. "Queremos que, al final, se haga justicia de una vez y podamos descansar", han asegurado.

En el banquillo de los acusados se sientan seis ertzainas, tres de base y tres mandos intermedios, acusados de homicidio con imprudencia grave, para los que la acusación particular solicita un total de 24 años de cárcel y seis de inhabilitación especial.

Estos agentes formaron parte del dispositivo que la Policía Vasca estableció el 5 de abril de 2012, con motivo del partido en el viejo San Mamés entre el Athletic Club y el Schalke 04, calificado de alto riesgo, y se encontraban en el callejón de María Díaz de Haro de Bilbao durante la carga de la Erzaintza en la que resultó herido de gravedad Iñigo Cabacas por un disparo de pelota de goma.

A las puertas del Palacio de Justicia de Bilbao se han concentrado familiares y allegados del joven aficionado del Athletic, con pancartas en las que reclamaban "Justicia", y que han querido arropar a los padres de la víctima.

Manu Cabacas ha recordado que llevan seis años y medio "esperando este momento". "Nadie pensaba que íbamos a llegar hasta aquí y, gracias a la presión social y a la abogada, hemos podido llegar", ha afirmado, para denunciar el "abandono" que han sentido por parte de las instituciones en la investigación de los hechos.

"Espero Justicia y que algún rayo de sentatez divina llegue para que consigamos Justicia. No puede ser que todo lo tengamos en contra desde el principio. Hemos tenido una pelea desde el principio contra las instituciones, que no han dejado abandonados, contra la Fiscalía, que no ha visto nunca nada. Es normal que no haya visto nada porque ha estado ausente. En las vistas jamás ha preguntado ni ha pedido pruebas, ha sido un hecho verdaderamente vergonzoso, no es un digno de un país civilizado", ha denunciado.

"EL INDUCTOR"

El padre de la víctima ha afirmado que, ante el juicio, tienen un sabor "agridulce" porque no está procesado el que ordenó cargar en el callejón de María Díaz de Haro con pelotas de goma. "Nunca he entendido cómo el inductor de la muerte de Iñigo puede estar libre. Que no esté imputado, para mí es inconcebible", ha afirmado.

En este sentido, ha recordado que el ministerio público "no ve necesario que estuviera imputado porque no ve que tuviera responsabilidad". "Pues, si él que da la orden y no es responsable de la muerte de mi hijo, que baje Dios y lo vea", ha apuntado.

Manu Cabacas ha asumido que "va a ser difícil" que se conozca quién fue el autor material directo del disparo de pelota que goma que provocó la muerte de su hijo porque se han puesto "todo tipo de trabas". "Se pidieron las escuchas radiofónicas internas, yo le pedí concretamente a la consejera Estefanía Beltrán de Heredia que aportara los nombres de los que habían disparado", ha apuntado, para indicar que no se les ha facilitado.

"NO SÉ SI AGUANTARÉ"

Por su parte, la madre de Iñigo Cabacas, Fina Liceranzu, ha asegurado que está "muy nerviosa" ante la vista oral, pero que ella quería que los acusados se sentaran en el banquillo. "Yo quería que se sienten, se van a sentar y voy a estar en el juicio. No sé qué pasará con mi corazón, no sé si aguantaré. Sé que es muy largo, que van mentir, pero, por Iñigo, nuestro hijo, que es lo único que teníamos porque no teníamos más hijos", ha afirmado con lágrimas en los ojos.

Liceranzu ha afirmado que, "gracias a la sociedad, a todo el empuje" que han tenido detrás y a los amigos, está "muy contenta de estar aquí". También ha alabado la labor de la abogada de la familia, Jone Goirizelaia, que "ha sido muy valiente".

"No nos han dado cintas ni vídeos ni nada, de nada. Han tenido que trabajar sin nada, buscándose la vida, recurriendo y recurriendo, un trabajo tremendo. Para nosotros han sido seis años de dolor", ha concluido.

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