Juzgan a dos policías acusados de agredir a un inmigrante en el CIE de Aluche

  • Estaban encargardos de trasladarlo desde el Centro de Internamiento de Extranjeros hasta el aeropuerto de Barajas para su expulsión.
  • Según el fiscal, agarraron del cuello al interno, que estaba inmovilizado con cintas alrededor de las muñecas, y lo arrojaron contra la pared.
El Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) situado en el barrio madrileño de Aluche.
El Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) situado en el barrio madrileño de Aluche.
MARÍA RODRÍGUEZ / WIKIPEDIA
El Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) situado en el barrio madrileño de Aluche.

La Audiencia Provincial de Madrid juzga este lunes a dos agentes de la Policía Nacional acusados de agredir a un interno del Centro de internamiento de Extranjeros (CIE) de Aluche (Madrid) al que tenían que trasladar al aeropuerto Adolfo Suárez-Madrid Barajas para su expulsión.

La Sección 29 de la Audiencia Provincial de Madrid comenzará el juicio contra Antonio José P. G. y Clemente F. A., por un delito contra la integridad moral.

La Fiscalía solicita una pena de un año de prisión para cada uno de ellos, con la accesoria de inhabilitación especial para el desempeño de sus cargos durante tres años, además de las costas derivadas del proceso judicial.

Según el escrito del fiscal, los hechos ocurrieron sobre las 12:00 horas del 2 de mayo de 2011, cuando los dos agentes se encontraban en la lavandería del CIE con un interno que estaba bajo su disposición y custodia para trasladarlo al aeropuerto Adolfo Suárez-Madrid Barajas para ser expulsado del país. Allí, tenía que tomar un vuelo con destino a su país de origen.

Uno de los agentes, Antonio José P.G., agarró del cuello con las dos manos al interno, al que tuvieron inmovilizado con unas cintas alrededor de las muñecas, y lo arrojaron contra la pared, sin que dicha acción fuera precedida de una actitud violenta y hostil por parte del agredido, refiere el escrito.

El otro agente, Clemente F.A. subraya la Fiscalía en su informe, no solo no impidió la agresión, sino que la presenció con pasividad y complacencia.

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