La iniciativa ha servido para reunir durante cinco días a madres que se encuentran en prisión, con sus hijos mayores que viven fuera con la familia. Entre las actividades que han realizado destacan una excursión por los pueblos aledaños, la celebración de una eucaristía en la que participaron todos los niños, una fiesta de disfraces y los baños en el mar.

"Cada mañana partíamos felices a la playa. El mar siempre sana las heridas y es el lugar favorito de los niños para jugar. Algunas madres no habían visto nunca el mar. Allí hemos vivido por unos días la auténtica sensación de libertad", destacan algunos de los trabajadores y voluntarios de la Fundación que participaron en este campamento.

Los participantes han afirmado que este campamento les ha dado "fuerza y esperanza" que les hará "falta en tiempos de desánimo". "Nos llevamos la confianza de que el futuro es posible, que hay un horizonte que nos espera y que el camino lo vamos haciendo nosotros al andar", aseguran.

La Fundación Padre Garralda-Horizontes Abiertos nació en 1978 y trabaja por la integración social de distintos colectivos que se encuentran en situación de marginación, como toxicómanos, presos, hijos menores de mujeres encarceladas que viven con sus madres en la cárcel, personas sin hogar y enfermos de SIDA. Cuenta con más de 400 voluntarios y 90 profesionales y ha atendido a más de 50.000 personas.