El hogar del sevillano se traslada durante la Feria de Abril. Cuatro lonas y unos postes bastan para sustentar esta edificación efímera que servirá para albergar la celebración con familiares y amigos en un ambiente distendido y casi doméstico, alrededor del cante y el baile.

El Real cuenta hoy con unas 1.051 casetas, de las que 522 son familiares, 500 de entidades, dos municipales, seis corresponden a los distritos y once de servicios. Por tamaño o número de módulos, 849 son de uno solo, 134 de dos módulos, 57 de tres, diez de cuatro y otra decena de cinco.

La conservación de estos hogares conlleva una burocracia con la que hay que saber lidiar a lo largo del año. En esta ocasión todos los titulares de las casetas renovaron sus solicitudes en el plazo previsto. Con este objetivo el Ayuntamiento puso en marcha un nuevo sistema de comunicación personal, vía e-mail y correo ordinario, que se mejorará el próximo año con la presentación telemática.

Durante el mes de enero se realizó el pago de las tasas. Asimismo, este año se registraron 1.005 solicitudes de personas o entidades que llevan más de un año solicitando una caseta y 74 que la pidieron por primera vez. A estas solicitudes se suman las de 55 personas o entidades que disfrutaron de casetas con anterioridad y las perdieron por no entregar la solicitud o no pagar las tasas en los plazos establecidos.

Como en un buen hogar, la zona noble de las casetas, es decir, la parte que da al paseo de caballos, se convierte en un gran salón en el que entre pequeñas mesas de madera y sillas de enea, se comparten viandas y risas. Cuando llega la hora del baile, muchas de ellas cuentan con un tablao, mientras que otras despejan la zona más amplia posible para dejar a las parejas danzar al ritmo de la música, en gran número de ocasiones, en directo, interpretada por agrupaciones musicales contratadas por los socios.

La zona trasera, que coincide con la barra del bar y, en algunos casos, con una prolongación de la zona de comedor, tampoco se descuida y cada vez son más las casetas que cuentan con ventiladores o aparatos de aire acondicionado para mejorar la estancia en esta calurosa zona.

Las familias y entidades que forman parte de cada caseta se esmeran en la ornamentación del que va a ser su hogar durante una semana. Encajes, adornos florales, espejos, cuadros, lámparas y fotografías antiguas son elementos habituales en las casetas.

Es tradición celebrar el domingo de farolillos el día antes de la noche del Pescaíto, un momento en el que los socios celebran un almuerzo, con la excusa de rematar la faena de embellecer la caseta. Precisamente, esta celebración previa cada vez se alarga más y muchos son los sevillanos que acuden al Real desde el jueves anterior al inicio oficial de la Feria de Abril.