Cerezos en Semana Santa: la floración en el Valle de las Caderechas llega ahora

Como cada primavera, entre el final de marzo y el principio de abril –si el cambio climático no lo modifica–, los cerezos florecen, regalándonos una imagen de esplendor de la naturaleza. Son numerosos los enclaves de la geografía española en los que se puede disfrutar de este espectáculo, y no sólo el famoso y muy visitado Valle del Jerte. De entre las varias alternativas, hoy nos quedamos con el Valle de Caderechas.

Ubicado en la comarca burgalesa de la Bureba, este valle nos ofrece estos días una bella estampa, la de sus 50.000 cerezos. Este año la floración se ha adelantado unos quince días a causa de las suaves temperaturas de la primavera. Por ello Caderechas es una opción muy interesante esta Semana Santa para quien busque un plan rural y de naturaleza.

Pese a adelantarse, la floración de los cerezos en este valle burgalés es habitualmente la más tardía de España. La previsión de los fruticultores de Caderechas para las próximas jornadas es que ya esté al 50% en las zonas más bajas y al 30% en las localidades más altas del valle. De modo que el manto blanco de las flores de los cerezos sería visible los próximos 10 o 15 días. Este cerrado valle es accesible sólo desde las localidades de Terminón, Salas de Bureba y Hozabejas.

Mientras que en otras regiones fruteras españolas la temporada comienza en abril, en este valle burgalés empieza en junio y se prolonga hasta la primera semana de agosto. Así, proporciona cerezas de calidad en un momento en el que el resto de la producción ya ha sido vendida. Esto es posible por el microclima de la zona, por su elevada altitud y por la elección de ciertas variedades de cerezo que florecen y fructifican más tarde.

En el Valle de Caderechas, situado a 60 kilómetros al norte de Burgos, se producen cerezas de diez tipos diferentes. Desde 2004 cuentan con una marca de garantía que certifica al consumidor el origen y las prácticas de cultivo responsable que realizan los fruticultores de la zona. Sus cerezas tienen un sabor y un olor particulares, por el equilibrio entre dulzor y acidez.

Y si uno se harta de cerezas, tiene las manzanas. La denominación Manzana Reineta del Valle de las Caderechas alcanza habitualmente una producción de algo más de 100.000 kilogramos. Pero no en 2017, debido a las circunstancias meteorológicas. A falta de unos días para concluir la campaña de comercialización, se han recogido unos 33.000 kilos de manzanas de las que algo más de 20.000 llevarán el marchamo de calidad.