Según la documentación recogida por Europa Press, si bien allá por 2011 una inspección técnica determinaba que este edificio de la calle San Luis reunía "las condiciones de seguridad, salubridad y ornato exigidas por la normativa vigente", el pasado 11 de febrero de 2016 la Gerencia de Urbanismo recibió un escrito "en el que se manifiesta la preocupación de los vecinos, al observar algunas grietas en el inmueble y el posible peligro de desprendimiento o derrumbe".

"IMPORTANTES FILTRACIONES DE AGUA"

Miembros de la Sección Técnica del Servicio de Conservación de la Edificación y Paisaje Urbano de dicho departamento, así, accedieron a una azotea de un "edificio colindante" al que nos ocupa, observando en el mismo "al menos dos puntos en los que existen importantes filtraciones de agua, no descartándose daños por afección de humedad en el forjado". "El edificio se encuentra cerrado y aparentemente no hay suministro eléctrico, no respondiendo nadie a las reiteradas llamadas, por lo que no se tiene acceso a su interior", señala el informe técnico correspondiente a dicha visita.

Dado el caso, el 22 de abril de este año un informe técnico determinaba que "dado que no se ha podido entrar en el edificio, se debe requerir el acceso al interior de la finca para comprobar la existencia de daños tales que impliquen la necesidad de que se adopten medidas de seguridad por aumento de su deterioro". Dado el caso, el pasado 4 de mayo, la comisión ejecutiva de la Gerencia de Urbanismo ordenó a los técnicos de dicho departamento que "una vez obtenida la autorización voluntaria de entrada o, en su defecto, la judicial", fuese cursada "la inspección de la finca" correspondiente al número 68 de la calle San Luis.