Directivos del grupo Celsa han cifrado en casi ocho millones de euros la deuda que contrajo con ellos la empresa Hierros y Laminados Añón, en el juicio que se celebra contra el que fue su administrador, O.A.S., y su

mujer, S.R.E, a la que la Fiscalía considera apoderada de la empresa, algo que ella negó este martes.

En la segunda sesión del juicio, que se celebra en la Audiencia Provincial de A Coruña, uno de los directivos ha explicado que negociaron con el administrador de la empresa, no con su mujer, el adelantar los pagos a 30 días en lugar de hacerlo a 90 días, algo que, en su declaración, negó el acusado.

Este culpó al grupo catalán del cambio y de haberlo arruinado, contactando también con sus clientes para que no mantuviesen relaciones comerciales con él. Tanto este directivo como otra de las trabajadores de la empresa, asesora financiera, han negado este extremo.

"Las condiciones de pago fueron pactadas con el cliente", ha dicho esta última, aunque ha admitido que ella no estuvo presentes en unas negociaciones que el acusado niega. También han indicado que Hierros y Laminados Añón les llegó a pagar más de 1,5 millones, pero que, con posterioridad, dejaron de pagarles a pesar de haber recibido el suministro de mercancía.

PETICIÓN DE PENAS

La Fiscalía pide para el matrimonio penas que suman 29 años de prisión en el caso del que fuera administrador de la empresa y un total de 25 años por un presunto fraude fiscal. También reclama dos años para la madre de esta por, supuestamente, haber colaborado en la ocultación de patrimonio con la compra de un coche.

En el juicio, el que fue administrador único de la empresa argumentó que "todas" las facturas emitidas correspondían a "pagos reales". También exculpó a su mujer.

Sin embargo, el fiscal, frente a la defensa que pide su absolución, les acusa de haber defraudado más de 219.000 euros no ingresados del Impuesto de Sociedades y de despatrimonializar, en 2008, la empresa retirando en efectivo más de tres millones de euros para no pagar a los acreedores.