Un agente de los Mossos d'Esquadra de Lleida es uno de los 29 detenidos por su participación en la supuesta organización criminal especializada en la introducción y comercialización de estupefacientes en Zaragoza y en Cataluña.
En la operación, llevada a cabo por la Policía Nacional y bautizada Picapiedra, se han intervenido cinco kilos de cocaína, más de dos kilos de marihuana y 37.000 euros en efectivo.
El agente de los Mossos, que ha quedado en libertad con cargos, está acusado de avisar a la banda de que podrían estar siendo investigados.
La investigación se inició en septiembre de 2015 cuando se detectó la presencia de un grupo criminal organizado y jerarquizado dedicado al narcotráfico y asentado en la capital aragonesa, conformado principalmente por personas de nacionalidad colombiana.
En un primer momento, las pesquisas se centraron en un ciudadano colombiano que se estaba dedicando presuntamente a la distribución de cocaína desde un domicilio de Zaragoza, y posteriormente se pudo identificar al resto de integrantes de la banda.
Entre ellos se encontraban los afincados en la capital aragonesa, dedicados a la distribución directa al consumidor, y los proveedores y transportistas del estupefaciente, que operaban desde diversas localidades de la provincia de Barcelona.
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