El pequeño Nicolás pide perdón al CNI y alega trastorno de la personalidad

Francisco Nicolás Gómez en la Caja Mágica.
Francisco Nicolás Gómez en la Caja Mágica.
GTRES
Francisco Nicolás Gómez en la Caja Mágica.

Francisco Nicolás Gómez Iglesias, conocido como el pequeño Nicolás, ha pedido este martes en el juicio perdón al Centro Nacional de Inteligencia (CNI) y se ha retractado de las declaraciones que realizó en las que dijo que espiaba de forma ilegal, además de alegar trastorno de la personalidad.

El Juzgado de lo Penal número 16 de Madrid ha celebrado el juicio del pequeño Nicolás para quien la Abogacía del Estado en representación del CNI, que presentó la querella, ha pedido que sea condenado por delito de injurias graves a los ejércitos, clases, Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado.

Para el caso de que el juez aprecie en el acusado el trastorno de personalidad que los peritos psiquiatras han dicho que padece de forma subsidiaria, el letrado del Estado ha estimado que podría aplicársele una circunstancia atenuante y que la multa quedase entre 72.000 y 108.000 euros. La fiscal ha solicitado 5.400 euros de multa al considerar que se trata de un delito de calumnias con publicidad.

Por su parte, la defensa ha reclamado la absolución al estimar que el acusado no es imputable por eximente completa al padecer un trastorno de la personalidad que hace que distorsione su percepción de la realidad y no sea consciente de las consecuencias jurídicas de sus actos.

Francisco Nicolás ya fue condenado en 2016 por otro Juzgado por estos hechos a 4.320 euros de multa por calumnias en una sentencia anulada por la Audiencia Provincial Madrid, que estimó la alegación del acusado de que tenía que haber testificado el comisario Eugenio Pino, que se ha personado este martes en el Juzgado pero a cuyo testimonio ha renunciado finalmente la abogada defensora.

Ha hecho uso de su derecho a la última palabra

Los días 22 y 23 de noviembre de 2014, el pequeño Nicolás (que había sido detenido el 14 de octubre de ese mismo año cuando tenía 19 años), dijo que le habían avisado de que su teléfono había sido pinchado por el CNI ilegalmente y que le constaba que ese organismo utilizaba esas prácticas con otras personas cuando "alguien representa un problema para personalidades del Estado".

Este martes no ha querido contestar "por prescripción médica", según ha dicho, ni a la fiscal ni al abogado del Estado ni siquiera a su propia letrada pero sí ha hecho uso de su derecho a la última palabra. "Vengo de una familia militar por parte de padre, madre, tíos y abuelos, de rangos superiores del Ministerio de Defensa, que me han inculcado respeto a las instituciones y a quienes trabajan para todos nosotros, y desde pequeño lo he vivido", ha comenzado diciendo.

Y ha añadido: "Si he dicho algo que ha podido injuriar al CNI no tengo problema en pedir perdón y retractarme pues lo último que quería era perjudicar a cualquier institución o persona".

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