Según ha informado este viernes en una nota el Instituto Armado, fueron agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) los que observaron a tres operarios que, auxiliados por una máquina retroexcavadora, trabajaban en labores de desescombro.
Vieron, igualmente, un camión que contenía varias placas de la conocida como uralita, de las que también había apiladas en otro lugar de la obra y "carentes de medidas de seguridad en cuanto a evitar la dispersión de las fibras de amianto".
Los agentes contactaron con la persona que dijo ser representante de la empresa y al requerirle la documentación que ampara la actividad que estaban realizando, manifestó carecer de ella. Además, se entrevistaron con los empleados, que dijeron no tener acreditación para esas tareas de manipulación de fibrocemento ni haber realizado algún curso que les preparase para ello.
Los miembros del Seprona tomaron muestras y las remitieron al Laboratorio de Criminalística de Policía Judicial de la Dirección General de la Guardia Civil para determinar el contenido en amianto. El análisis confirmó existencia de amianto en su variedad de crisolito.
De este modo, se investiga a dos personas, una mujer y un varón como propietaria y administrador, respectivamente, de la empresa que realizaba la retirada del material como presuntas autoras de un delito contra el derecho de los trabajadores y otro contra los recursos naturales y el medio ambiente.
Junto a las diligencias penales instruidas, se ha dado cuenta también de los hechos a las delegaciones territoriales de la Junta de Medio Ambiente y de Empleo, según ha señalado la Guardia Civil.
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