Tras un calvario que ha durado más de un año, el valenciano Manuel Santos y su marido, el estadounidense Gordon Lake, son hoy tan felices que les cuesta expresar con palabras lo que sienten. La Justicia de Tailandia les ha concedido la custodia de Carmen, nacida el 17 de enero de 2015 de un vientre de alquiler. La negativa de la madre gestante a renunciar a la niña en el último momento les llevó a una batalla legal que ha acabado este martes.

"Carmen crecerá con su familia, con su hermano, en su casa de Valencia", ha anunciado la pareja a través de Facebook, en un emotivo texto en el que dan las gracias a todas las personas que les han ayudado. "Amamos Tailandia. Prometemos volver e inculcar a nuestros hijos el amor por este país. Carmen es medio tailandesa y estamos muy muy orgullosos de ello", agrega y considera que "hoy es un gran día para el amor, para la familia, para la verdad y también para los derechos LGTB".

La menor, concebida con el esperma del norteamericano y el óvulo de una donante anónima, ha estado todo este tiempo en Bangkok bajo el cuidado de Manuel y Gordon, que no ven la hora de regresar a España, donde residen, después de quince meses sin poder moverse de allí. No obstante, aún tendrán que esperar unos días. El borrador de la sentencia, sobre la que cabe apelación, debe ser ratificado y firmado por el magistrado y tienen que solicitar el pasaporte estadounidense para la pequeña.

Al dar a luz, la madre de alquiler, la tailandesa Patidta Kusonsrang, firmó en el hospital los papeles que le otorgaban la paternidad a Gordon. Diez días después sin embargo no acudió a la embajada de Estados Unidos para ultimar la documentación necesaria a fin de que la bebé pudiera salir del país, un país cuyo Parlamento, elegido a dedo por los militares, promulgó en febrero del año pasado leyes que prohíben a los extranjeros acceder a madres subrogadas por controvertidos incidentes con hijos de una pareja australiana y un japonés. La nueva normativa no ha afectado al caso de Carmen, que nació antes de su aprobación.

Manuel y Gordon, que tienen otro hijo concebido hace más de dos años en India, trataron de llegar a un acuerdo amistoso con Patidta en un primer momento, pero ante la falta de avances reclamaron la custodia en los tribunales.

La mujer expresó entonces sus reservas debido a que los padres "no son normales", en referencia a su orientación sexual, y una representante suya llegó a insinuar que eran traficantes de personas. Ante estas acusaciones, el matrimonio interpuso una denuncia por difamación y proseguirá con una demanda civil para "tratar de compensar los daños causados".

"Continuaremos con todas las causas", ha aseverado Manuel este martes a las puertas del tribunal, del que ha salido con los brazos extendidos en señal de victoria y sin poder contener las lágrimas.

Esos litigios judiciales seguirán su curso, pero ahora Manuel y Gordon, ambos de 41 años, van a centrarse en volver a casa y en recuperar sus vidas, con la felicidad de que la campaña #BringCarmenHome (Traigan a Carmen a Casa) haya dejado paso al hashtag #CarmensGoingHome (Carmen se va a casa).