David Peyró es una de las aproximadamente 150.000 personas que viven con el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) en España. Y es una de las pocas que decide dar el valiente paso de contarlo. Lo hace para intentar acabar con el estigma y la discriminación que siguen padeciendo y con la esperanza de que su historia contribuya a que nadie más sufra el calvario que él sufrió durante dos décadas: "Desvelar que tienes VIH aún supone un riesgo de perderlo todo: trabajo, familia, pareja, relaciones sociales…".
A este valenciano le detectaron la enfermedad en 1996, cuando tan solo tenía 25 años. Fue su madre quien, tras verle un ganglio inflamado, le alentó para que acudiera al hospital. Enfermera de la unidad en la que se trataba a pacientes con sida, la analítica confirmó sus peores temores. "Di positivo y para ella fue muy duro. Llevaba trabajando en aquella planta desde los años 80 y había visto morir a mucha gente joven", recuerda David en declaraciones a 20minutos con motivo el 1 de diciembre del día mundial de la lucha contra esta pandemia. "A mí en un primer momento me preocupó más el hecho de que mi familia se iba a enterar de que era homosexual", reconoce.
A partir de ese instante, la vida de aquel chico "fue una caída prolongada al vacío". "Cometí el error de contárselo a una compañera de trabajo. Se lo dijo al jefe y tras muchos meses de mobbing acabé en la calle. Fue cuando cerré la puerta del armario del VIH y allí me quedé 18 años", relata. Una larga etapa de ansiedad, estrés, depresión... que le llevó a perder a su pareja, a apartarse de los amigos más cercanos y acabar en un "círculo muy tóxico", pero en el que su enfermedad "era totalmente irrelevante".
Quedarse sin nada, tocar fondo y varias advertencias de su médico acerca de su peligrosa deriva, le impulsaron a salir del pozo. Tras un proceso en el que necesitó la ayuda de terapeutas, recuperó las riendas con una premisa clara: "Si tengo que construir algo va a ser sobre la base de que esto vive conmigo y no tengo que avergonzarme".
Así fue como dio un giro de 180 grados. Ahora compagina su trabajo como diseñador gráfico con la colaboración con diferentes entidades y su historia ha sido elegida por Cesida como protagonista de su campaña El tiempo a tu favor. Con ella la ONG pretende concienciar sobre la importancia de hacerse la prueba del VIH y combatir el rechazo social.
La campaña 'El tiempo a tu favor' de Cesida refleja un día en la 'VIHDA' de David. FOTO: Bubble Gum / Cesida
Licenciado en Psicología desde el año pasado, David atiende a personas que, aun viviendo con el virus desde hace muchos años, no lo aceptan o a recién diagnosticados que llegan aterrados. Casi 23 años después, ve en ellos los mismos miedos que a él le acechaban: miedo a que su pareja les abandone y a no volver a tener otra, a que se entere alguien, a que su cuerpo se deforme y se les note físicamente...
Su función consiste en "hacerles ver que las cosas ya no son así" y en ayudarles a vencer el pánico. Les informa por ejemplo de que gracias a los avances médicos gran parte de quienes dan positivo en el virus ya no desarrollan el sida. O de que "los tratamientos ya no presentan los efectos secundarios de antes y que la esperanza de vida se acerca a la del resto de la población, con una calidad como la de cualquier persona". Un informe europeo del University College de Londres apunta incluso que el 81% tiene una carga viral indetectable en plasma y por lo tanto, intransmisible.
Esa es su labor como educador de Pares, un programa de Cesida implementado en Valencia a través de Avacos-H, la asociación de VIH, sida y hepatitis. Ahondando en esa tarea, el martes participará en un streaming en el que resolverá dudas sobre estas cuestiones.
La madre de David también ha querido aparecer en el vídeo para mostrar lo orgullosa que está de él. FOTO: Bubble Gum / Cesida
"Se ha avanzado mucho en la parte biomédica, pero en la psicosocial estamos prácticamente igual. Y no hemos avanzado sobre todo en algo que me da mucha rabia y es que cuando le dices a alguien que tienes VIH todavía hay gente que te juzga y te condena, que piensa que algo habrás hecho", lamenta y se indigna con quienes siguen cayendo en el estereotipo de que solo afecta a los gays. El sida fue detectado por primera vez hace casi 40 años, concretamente 37, y sobre aquella devastadora afección se generaron toda una serie de prejuicios que aún perduran.
Este activista remarca que el estigma y la discriminación tienen una doble consecuencia: no solo hacen daño a quien ya sabe que es portador sino que además "están actuando como barrera para que una persona, sabiendo que ha tenido prácticas de riesgo y que puede tener una infección, no dé el paso de ir al médico". "Lo realmente grave es que no saber que tienes VIH y no tratarte. Al programa Pares llegan jóvenes con diagnósticos tardíos que llevan años infectados. Se les diagnostica en el momento en el que presentan un neumonía, un sarcoma de Kaposi...", continúa.
En esa línea, los expertos señalan que el principal problema para el abordaje de la enfermedad sigue siendo el infradiagnóstico. En la tercera edición de Punto de Encuentro en VIH, organizado por la compañía biofarmacéutica MSD con el patrocinio científico del grupo de estudio GeSIDA, el doctor José Ramón Arribas incidió precisamente en que del total de portadores del virus que hay en España, se calcula que entre un 25 y un 30% no saben que lo son. De esto se deriva una "alta proporción de diagnósticos en situación avanzada, superior al 40%", afirmó el especialista en Enfermedades Infecciosas en el Servicio de Medicina Interna del Hospital La Paz de Madrid.
La playa es el lugar ideal de este valenciano para desconectar y relajarse. FOTO: Bubble Gum / Cesida
En estas circunstancias, España no consigue reducir los nuevos casos de VIH. Los últimos datos facilitados por el Ministerio de Sanidad muestran que el año pasado se registraron 3.381 nuevas infecciones por el virus, lo que supone 26 más que en 2016. La mediana de edad de estos pacientes fue de 35 años y el modo de transmisión más frecuente, el sexual. El 54,3% de los diagnósticos se dieron en hombres que mantuvieron relaciones con hombres y el 28,2%, entre heterosexuales.
ONUSIDA ha advertido de que existen los fármacos para acabar con los nuevos casos. "Lo que necesitamos es que la gente que vive con VIH lo sepa para que se pueda medicar", insiste David. Sin perderle el respeto a una patología que no deja de ser grave, se trata de desmontar infundios que ya no se sostienen.
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