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Una unión entre distintos rincones del mundo que, a primera vista, poco tienen que ver. Es lo que representa Bonsainara, una tienda y escuela de bonsáis escondida en una casa con jardín en Torrox, un pueblo malagueño de la Costa del Sol.  

Málaga y Japón estrechan sus ramas en estos pequeños árboles. Susana Ballestero, nacida en Madrid, también ha hundido ya sus raíces en la vida costera y alejada de la capital. Su acento, su sonrisa y su gracia recuerdan a las maneras locales del sur de España con una naturalidad que tiene su lógica: ha vivido 20 años en la provincia, gran parte de ellos en Torrox, el pueblo de su pareja, Nacho. 

Él es un maestro de bonsáis dedicado a crear pequeñas obras vivas que mezclan especies locales con métodos aprendidos en el país del sol naciente. Ella, arquitecta de profesión, se dedica aquí a tareas de administración. Aunque no les falta trabajo, su día a día dista bastante de lo común en Madrid: cada árbol tiene tras su aspecto años de trabajo, de paciencia, de esmero. Son un ejemplo ideal de la vida sin prisa.  

Su historia es la cuarta protagonista de #yopueblo, una iniciativa de  Endesa  que recorre la España vacía para encontrarse con aquellos que han sabido apreciar el entorno rural con una energía especial: la de hacer ver que los pueblos son también tierra de oportunidades. Endesa, nacida en el ámbito rural de León en 1944, ha estado y va a seguir estando muy ligada a las comunidades locales, pilares de la historia de éxito de la compañía desde hace ocho décadas. 

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En Torrox, puedes pasar, en quince minutos, de estar en una casa de campo viendo las cumbres nevadas a estar en la playa tomando el sol 

Para Susana, esta pequeña localidad es sinónimo de calidad de vida: “Desde pequeña, me gustaba mucho más la cercanía que tiene el entorno rural que la individualidad que te da la urbe”, explica convencida. “En Torrox he sentido que se vive como antiguamente, formando parte de una comunidad”, argumenta. El entorno rural le da a tu vida una calidad que no le da el cemento. Lo natural siempre está lleno de vida, y nosotros formamos parte de ella”.  

La vista a su alrededor le da la razón. A un lado, la montaña; al otro, una costa en la que puede encontrarse vida playera, pero también calas vírgenes rodeadas de vegetación. Entre ambos escenarios se alza el pueblo, Torrox, de casas blancas y calles estrechas desde las que se puede ver el mar. Para Susana “es un paraíso”: “Puedes pasar de estar en una casa de campo con chimenea viendo las cumbres nevadas a, en 15 minutos, estar en la playa tomando el sol o comiéndote un espeto de sardinas”. 

Paseando por las calles del pueblo, cuenta que aquí hay personas de toda Europa, aunque el ambiente de calma dista bastante de algunas localidades vecinas. “Es un secreto alejado de lo comercial, muy reservadito, porque quien lo ha encontrado se lo ha quedado callado”, sonríe. Como ella, otros habitantes de la urbe han decidido quedarse tras descubrirlo. 

“Cuando alguien de una gran ciudad viene al pueblo, aporta otra visión de la vida diferente, y se genera una sinergia muy bonita entre las personas”, apunta Susana. Gracias a los avances tecnológicos, desarrollar trabajos como el suyo de forma deslocalizada es hoy más fácil que nunca. “Antes, el entorno rural era más limitante, pero hoy es igual de válido que otro lugar para desarrollar tu proyecto”, afirma.  

Que la tecnología y el empleo lleguen a todos los rincones del país es clave porque incentiva que personas como Susana se asienten en poblaciones pequeñas. Por eso, Endesa y Afammer, una asociación de familias y mujeres del medio rural, lanzaron en marzo un curso de formación en nuevas tecnologías que permitirá que 1.300 personas en el medio rural y 39 micropymes den un salto adelante en digitalización. Se les proporciona teleformación en ámbitos como el comercio digital o eficiencia energética, promoviendo la profesionalización del medio rural andaluz y que las ideas nuevas puedan brotar y crecer… sin tener que viajar a Japón.

Antes el entorno rural era más limitante, pero hoy es igual de válido que otro lugar para desarrollar tu proyecto

Paraguas en Torrox

Estos avances, junto al buen hacer de Susana y Nacho, han permitido que Bonsainara sea un lugar de referencia en el arte de los bonsáis reconocido internacionalmente. Tanto, que los habitantes de Torrox llevan con orgullo la existencia de este negocio tan peculiar en su pueblo. “La gente que viene a formarse procede de distintas partes de España y Europa”, explica Susana, “así que la gente del pueblo está muy contenta de que Torrox se conozca en todo el mundo”.  

A pesar de ser madrileña, Susana sentencia sin ninguna duda que su plan es quedarse cerca del mar. “Para mí Torrox es mi paraíso, donde vivir, donde crecer personal, profesional y familiarmente”, afirma. Entre costa y casas encaladas se siente libre, en contacto con una naturaleza que nutre su proyecto de vida, alejado del asfalto y la multitud. “Aquí puedo ser yo”, sentencia, “y aquí quiero quedarme para siempre”. 

Susana: el punto en común entre Japón, Madrid y un pequeño pueblo malagueño

Susana Ballestero, nacida en Madrid, trabaja en Bonsainara, una escuela, jardín y tienda de bonsáis situada en Torrox, un pueblo de Málaga. Su marido, Nacho Salar, es un maestro en el arte de los árboles en maceta, y ha trasladado a esta localidad andaluza todo su aprendizaje adquirido tras varias temporadas en Japón.  

#yopueblo es una serie documental de Endesa que recorre los caminos de la España rural y sus comunidades, con las que la compañía ha estado comprometida desde 1944 y seguirá estando en el futuro. Nos encontraremos con iniciativas, protagonistas y gentes que apuestan por estos entornos con una energía especial.

BlueMedia Studio para EndesaIdea creativa: Fedra Valderrey | Diseño web: Pablo Calahorra Subías | Entrevistas y contenidos: Beatriz Langreo | Audiovisual e imagen: Pablo Ballesteros