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Un jardín, un taller y una casa de paredes blancas. Es la ‘oficina’ desde la que trabajan Óscar Pérez y Marta Pastor. Fauna y Flora, su proyecto de joyería artesanal, comenzó como una forma de evasión ante el agobio de la gran ciudad. Cuando vivían en pleno centro de Barcelona, Marta se inspiraba en los árboles, los campos y las rocas. 

Hoy, desde su casa en Sant Feliu de Pallerols, un pueblo de apenas 1.300 habitantes de la comarca gerundense de La Garrotxa, puede ir un paso más allá y mirar, para coger ideas, hacia un cielo cargado de estrellas.  

Su vida cambió radicalmente hace ahora seis años. Ella era productora de cine; él, gestor cultural. Vivían en un piso de Barcelona, en pleno centro, y todo parecía ir bien: los planes se sucedían, los proyectos seguían adelante, el movimiento no cesaba.  

Un día, Marta se dio cuenta de que necesitaba un cambio. Su chico la despedía en la puerta antes de que emprendiese un viaje para la nueva película en la que trabajaba. En sus brazos, una cachorra de labrador también parecía decir adiós.  

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"Siempre decíamos que, cuando nos jubiláramos, vendríamos a vivir aquí"

Fue esa perrita la que hizo que, cada fin de semana, ambos se escapasen de la ciudad condal para disfrutar del aire libre alejados de la urbe. Ella dejaba volar su creatividad en distintas tareas, desde restaurar muebles hasta hacer collares. Esta última afición fue la semilla de Fauna y Flora, la empresa que ambos gestionan actualmente. Un proyecto sostenible, trabajado con mimo y basado en la naturaleza.  

Su historia es la séptima protagonista de #yopueblo, una iniciativa deEndesa que recorre la España vacía para encontrarse con aquellos que han sabido apreciar el entorno rural con una energía especial: la de hacer ver que los pueblos son también tierra de oportunidades. Endesa, nacida en el ámbito rural de León en 1944, ha estado y va a seguir estando muy ligada a las comunidades locales, pilares de la historia de éxito de la compañía desde hace ocho décadas.  

“Cada vez que trabajaba en algo manual me sentía bien, sentía que volvía a ser yo”, explica Marta. Esa conexión hizo que dejase su trabajo y renunciase a buscar un nuevo puesto en oficina: quería dedicarse a su pequeño negocio.  

Tras su decisión, llegó la de Óscar. Gestor cultural en Barcelona, tenía un trabajo estable a jornada completa y con un buen equipo. “Pero no dejaba de ser un trabajo de gestión”, sonríe. “Un trabajo muy de oficina… muy gris”. Desde hacía un tiempo, él ayudaba y dedicarse por completo a ello acabó siendo “algo natural”.  

"El tiempo interno aquí es otro. El claxon se utiliza para saludar"

De escapadas a mudanza 

Las escapadas al campo eran tantas que la pareja decidió alquilar una pequeña casa de pueblo, a la que se iban siempre que podían a descansar y a trabajar en el proyecto de Fauna y Flora. “Siempre decíamos que, cuando nos jubiláramos, vendríamos a vivir aquí”, recuerda Marta. En ese pequeño espacio destartalado la creatividad fluía mucho más que en su piso del Barrio Gótico de Barcelona. “Los meses más tranquilos, en verano, o en enero, cargábamos el coche y nos veníamos al pueblo, a un pequeño apartamento de 40 metros cuadrados”. Tenían, cuenta Óscar, “cuatro platos, cuatro vasos y un colchón en el suelo”, pero eran felices paseando por la naturaleza como descanso a mitad de la jornada.  

Y entonces, llegó el cambio de chip. Óscar decidió acabar con la idea como una proyección de futuro, y hacer realidad su sueño: mudarse a La Garrotxa. “Nuestro día a día en el centro de Barcelona era muy difícil: la convivencia, el turismo, la desaparición de los comercios locales… no te sentías parte de nada”, afirma Marta.  

Meses después de la mudanza nació su primer hijo, parte de un proyecto de vida que se hacía imposible en la gran ciudad. Tras unos años, llegó el segundo. “El tiempo interno aquí es otro”, explica Marta. “Cuando vivíamos en Barcelona, yo no notaba el ritmo porque era el mío, pero ahora, cuando llego allí, vuelvo incluso con dolor de cabeza”. Se ríe mientras cuenta que, en Sant Feliu, las personas usan el claxon para saludarse entre ellas. Que todo el mundo dice ‘hola’; tanto, que su hijo tiene como costumbre hacerlo también por las calles de la Ciudad Condal.  

Ambos creen en el talento de los pueblos; ellos, aseguran, han comprobado de primera mano que la idea preconcebida de que los estudios son para personas de ciudad “está muy alejada de la realidad”: “Hay cada vez más personas que se formaron en distintos lugares y han vuelto porque, cuando quieren hacer su vida, prefieren volver a sus raíces”, apunta Óscar.  

“Creo que cada vez habrá más familias, más jóvenes y más personas que vendrán a instalarse a los pueblos”, asegura Marta convencida. “Lo que hace falta es que lleguen iniciativas, que se vean oportunidades para que se empiece a creer en este talento”.  

“Cuando decidimos hacer el cambio lo hicimos sabiendo que era algo que nos iba a aportar mucho, pero solo ahora te das cuenta de que has ganado mucho más de lo que te esperabas”, asegura Óscar. En su pequeño oasis de vegetación, rodeados de árboles y de paz, lo tienen claro: “Solo volveríamos a la ciudad por una causa de fuerza mayor” 

Marta y Óscar: De Barcelona a un trabajo artesano en plena naturaleza

Óscar y Marta gestionan Fauna y Flora, una marca de joyería artesanal que ellos mismos trabajan desde Sant Feliu de Pallerols, un pueblo situado en La Garrotxa, en Gerona. Tras décadas en su Barcelona natal, decidieron alejarse del ruido urbano y vivir en un entorno mucho más acorde a su modo de vida, sus creencias y sus proyectos vitales.  

#yopueblo es una serie documental de Endesa que recorre los caminos de la España rural y sus comunidades, con las que la compañía ha estado comprometida desde 1944 y seguirá estando en el futuro. Nos encontraremos con iniciativas, protagonistas y gentes que apuestan por estos entornos con una energía especial.

BlueMedia Studio para EndesaIdea creativa: Fedra Valderrey | Diseño web: Pablo Calahorra Subías | Entrevistas y contenidos: Bea Langreo | Audiovisual e imagen: Pablo Ballesteros