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Un embarazo teniendo una discapacidad es diferente porque te lo hacen ver así

La triatleta Eva Moral, en la recta final de su proceso de gestación, reflexiona sobre lo que supone la llegada de su hija mientras rememora sus éxitos deportivos y el día que le cambió la vida.

“Hay falta de información y de educación, sobre todo cuando eres más pequeño, en torno a lo que es el mundo de la discapacidad. Nos han enseñado que nos tienen que sobreproteger o muchas veces sentimos que nos infantilizan… Hay que darle normalidad y está en nuestra mano”. Son las razones que da Eva Moral por las que, a su juicio, la discapacidad provoca tanta incomodidad en la sociedad. La entrevista con esta madrileña nos lleva hasta Valdemoro en la siguiente etapa de #SoyAlfredo, iniciativa de Iberdrola que me cita con deportistas paralímpicas, mientras redescubro mi discapacidad. En cada viaje, voy superando lo que al comienzo de esta aventura consideraba límites y conociendo nuevas visiones de la discapacidad en las atletas que estoy entrevistando.

“Ojalá consiga la clasificación para París 2024, estar allí y que mi niña me vea pasar
la línea de meta”

Es el caso de la vida de Eva Moral, que me abre los ojos sobre la doble discriminación que supone ser mujer y persona con discapacidad en la sociedad actual. “Se nos hace incluso más invisibles para todo. Ya no solo en el mundo del deporte, sino en el mundo laboral o en el social”, cuenta.

“Al final, parece que las mujeres con discapacidad no existimos”, sentencia. Es algo que Eva ha sentido en sus propias carnes, sobre todo durante los últimos meses. Su próximo reto es ser madre y durante este proceso se ha encontrado con diferentes dificultades derivadas de la visión que tiene la sociedad de las personas con discapacidad. En primer lugar, Eva ha podido comprobar que el hecho de que una mujer con discapacidad tenga un hijo sigue siendo un tema tabú en la sociedad. “Es la pregunta del millón. Que si me podía quedar embarazada, que cómo iba a hacer luego para cuidar a un bebé, que cómo le iba a llevar por la calle con el carrito del bebé…”, expone mientras recuerda alguno de los aspectos que le hacen sentirse distinta a una persona sin discapacidad durante su gestación. “Un embarazo teniendo una discapacidad es diferente porque te lo hacen ver así. Empezando porque cuando voy al médico me cuesta subirme a la camilla ginecológica al no estar adaptada o que no me puedan pesar porque no hay básculas para pesar a una persona en silla de ruedas”, reflexiona.

Distinta visión, según explica Eva, tienen los patrocinadores que le apoyan en su carrera como deportista paralímpica. “Me siguen apoyando. Están incluso más encima de mí. Empresas como Iberdrola, que apoyan tanto el deporte femenino, son conscientes de que la maternidad forma parte del mismo”, manifiesta orgullosa de ellos la triatleta.

Satisfacción por el soporte de entidades que ayudan a un tema que Eva considera capital: la inclusión. “Si queremos que se nos trate en igualdad de condiciones, debemos estar incluidos en la sociedad”, señala una mujer que no ha parado de luchar por estar en la élite del paratriatlón.

Eva Moral, medalla de bronce en el triatlón PTWC. Odaiba Marine Park.
29/08/21. Juegos Paralímpicos Tokio 2020.© Mikael Helsing / CPE.

águilas-tokio-parís

Eva tiene en su casa la medalla de bronce que logró en los Juegos Paralímpicos celebrados en Tokio. El mayor éxito de su vida deportiva, como ella misma lo cataloga, fue el resultado de una carrera llena de esfuerzo y capacidad para adaptarse a las circunstancias.

La experiencia la compartió con Ángel Salamanca, su entrenador, handler y futuro marido. “Lo que más me enamoró de él es que jamás vio la silla de ruedas”, expone Eva. Se conocieron en Yokohama en 2019 y en el podio de las Series Mundiales que se celebraron es esta ciudad al año siguiente, Ángel le pidió a Eva que se casara con él.

Más allá de su relación personal, Ángel es una figura fundamental en los éxitos deportivos de la paratriatleta. “El handler es la persona que nos ayuda en las transiciones, a cambiar de una disciplina a la otra, y tiene muchísima importancia. Debemos tenerlo súper ensayado. Tiene que salir muy bien porque es tiempo de competición”, relata quien empezó en el paratriatlón en Águilas.

“Le dije a mi padre que debíamos mirar una handbike para comprarla y poder probar en el primer campeonato de España de paratriatlón”, cuenta Eva. El propósito inicial era terminar la prueba, pero la competición salió mejor de lo esperado. Ganó a pesar de que iba con miedo a no poder acabar el tramo de natación porque es la disciplina a la que más le costó adaptarse. Esta victoria es la demostración de la fuerza de voluntad con la que cuenta Eva, máxime si se tiene en cuenta que lo logró cuatro meses después de dejar el hospital.

“Si queremos que se nos trate en igualdad
de condiciones, debemos estar incluidos
en la sociedad”

Un accidente
lo cambia todo

Porque la vida de Eva Moral cambió el 29 de septiembre de 2013. Enamorada del triatlón, deporte que practicaba en los ratos libres que le dejaba su trabajo como abogada en una entidad financiera, sufrió un accidente bajando el puerto de La Morcuera en Madrid durante una prueba cicloturista. “Se me fue un poco la bici, caí por un barranco de siete metros y me rompí la espalda”, rememora. Se dio cuenta enseguida de la gravedad de la lesión, pero su principal preocupación, además de que la encontraran, fue cómo se lo iban a tomar sus padres, con los que siempre ha estado muy unida. “Sabía el disgusto que se iban a llevar y no quería hacerles pasar por ese trago. De hecho, lo primero que hice cuando vinieron a verme al hospital fue pedirles perdón”, cuenta. “Son mi apoyo, son mi fuerza, son los que cuando hago algo que no está del todo bien, realmente me lo dicen a la cara. Son lo más importante que tengo”, resume una mujer muy familiar que admira a sus padres “porque al final ellos son los que me han dado todos los valores que tengo y son un espejo en el que mirarme”.

Ellos fueron los que estuvieron en el Hospital 12 de octubre y la acompañaron en el Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo, en un periodo que reconoce que no fue sencillo. “Cuando te dan la noticia de que con los avances que hay hoy en día no vas a volver a caminar, se te viene el mundo encima”, asegura antes de resaltar que en ese momento tenía poco conocimiento sobre la discapacidad. “Pensé que iba a ser dependiente, que se había acabado el deporte para mí, que se había acabado la independencia… Gracias al Hospital de Toledo y mucha gente que me apoyó, me di cuenta de que eso no era así”, explica.

En el centro toledano no dejó de practicar deporte. “Teníamos gimnasio y como no había otra cosa que hacer y me aburría, me pasaba muchas horas allí”, narra. Esta situación dio lugar a que conociera la handbike. Fue el primer paso de un periplo deportivo cuyo próximo objetivo se lo plantea Eva ya con su hija Carmen en brazos. “Ojalá consiga la clasificación para los Juegos Paralímpicos de París 2024, estar allí y que mi niña me vea pasar la línea de meta. Si es consiguiendo una medalla, mucho mejor”, sueña.

Alayans Studio para IBERDROLAIdea creativa: Fedra Valderrey | Entrevistas y reportajes: Alfredo Quintana |
Producción: Bea Langreo | Audiovisual: Pablo Ballesteros| Diseño web: Sol García |