Menos casos de acoso escolar en 2017, pero más violentos y duraderos

  • El acoso escolar comienza muy pronto, cuando los niños aún no han cumplido los diez años. Solo el 19,7% de las víctimas tenían más de trece años.
  • 'El III estudio sobre acoso escolar y ciberbullying según los afectados', elaborado por la Fundación ANAR y Fundación Mutua Madrileña, se apoya en 590 casos gestionados en 2017. 
  • La mitad de los niños entre 13 y 15 años de todo el mundo ha sufrido violencia.
A un 17,9% de las víctimas de 'ciberbullying' se les hace el vacío digital, un moderno modo aislamiento.
A un 17,9% de las víctimas de 'ciberbullying' se les hace el vacío digital, un moderno modo aislamiento.
GTRES
A un 17,9% de las víctimas de 'ciberbullying' se les hace el vacío digital, un moderno modo aislamiento.

En 2017 se registraron menos casos de acoso, pero más graves y duraderos en el tiempo. Es una de las conclusiones más llamativas del tercer estudio elaborado por la Fundación Mutua Madrileña y la Fundación ANAR para conocer la evolución del acoso escolar y el ciberbullying.  Un estudio cuyos datos se apoyan en las llamadas recibidas en el teléfono de ayuda 900 20 20 10, que en un 72% proceden de las madres de las víctimas.

El pasado año, gracias a las más de 36.000 llamadas recibidas, se detectaron y gestionaron 590 casos de acoso.  De ellos, 146 eran situaciones de ciberacoso. Supone un descenso notable respecto a los 1.207 casos de 2016 y los 643 de 2015. Los autores del estudio lo achacan a "la movilización que se ha producido en la sociedad española ante el acoso escolar", así como a "las campañas que se han llevado a cabo" por parte de la Administración y entidades privadas.

590 casos que, casi en su totalidad, eran de una gravedad media y alta.  Apenas un 3,3% fueron casos leves. Y además de graves, fueron duraderos: el 52,9% llevaba durando más de un año y el 75,4% tenía una frecuencia diaria. Un 40,6% y un 64,4% respectivamente en el caso del ciberbullying.

Suben además respecto a 2016 los casos de acoso escolar que incluyen insultos y ofensas de palabra (78% frente a 71,1%), los empujones y zarandeos (47,8% respecto al 22,6%) y el aislamiento de la víctima (40,09% ante un 29,7%). Los golpes y patadas, presentes en un 51,6% de los casos de acoso, se mantienen estables.

En cuando al ciberbullying, lo más habitual son los insultos, que crecen desde un 52,1% en 2016 al 67,9%. También se incrementa notablemente un moderno modo de aislamiento, el de hacer el vacío en redes sociales (del 6,4% al 17,9%) y las amenazas (del 22,3% al 35,7%).

Sufrir estos tipos de acoso se traduce en que nueve de cada diez víctimas experimentan problemas psicológicos. Los síntomas depresivos y la ansiedad son los más frecuentes, seguidos del miedo permanente y, ya a más distancia, aislamiento y soledad.

Empieza a los diez años

El acoso escolar, el monstruo bajo la cama al que temen todos los padres, comienza cuando los niños aún son muy pequeños.  En los casos de acoso escolar la edad media es de apenas los 10,9 años y empieza a los 9,8. Pero el acoso se manifiesta incluso en la etapa de Infantil: un 14,7% de los casos empiezan a los siete años o antes y el 43,7% de las víctimas tenían diez años o menos, mientras que solo un 19,7% tenían más de trece años.

Si hablamos del ciberbullying la edad se eleva a los 13,5 años de media y 12,2 de inicio, por la necesidad obvia de contar con un dispositivo móvil.

La diferencia en la edad no es la única que se aprecia cuando se compara acoso escolar y ciberacoso. En el primer caso la distribución por género es más equitativa, con un 53'2% de víctimas varones. En cambio, en el ciberbullying las víctimas son en un 65,6% féminas.

Por eso, para poner freno al acoso escolar y al ciberacoso, los autores del estudio hacen hincapié en la necesidad de apostar por la prevención desde edades más tempranas, en que es preciso detectarlo desde sus primeras etapas e "introducir la evaluación profesional para todas las víctimas de acoso escolar de manera sistemática".

También solicitan la creación de un protocolo de carácter estatal para ponerle freno, así como reforzar el papel de profesores y orientadores escolares.  Sin olvidar, por supuesto, la sensibilización y la toma de conciencia de toda la sociedad ante este problema, vinculado a actitudes de respeto a los demás y a los derechos humanos.

Mejora la valoración de los docentes

Los padres también temen que sus hijos no les cuenten por lo que están pasando. Un temor fundado, ya que más de un tercio de los niños que sufren acoso escolar no dice nada en casa. De hecho, apenas un 45,6% de las víctimas de acoso y el 38,3% de las víctimas de ciberbullying actuaron para poner remedio a esa situación.

Un dato positivo: mejora la valoración de la actitud del profesorado por parte de los afectados. Un 59,2% de las víctimas de acoso escolar y un 70,3% de las víctimas de ciberbullying valoran positivamente su actuación; en 2015, el primer año del estudio, eran apenas el 25,8% y el 40,7% respectivamente.

Otro aspecto llamativo del estudio es el incremento del porcentaje de víctimas cuya nacionalidad es extranjera: de un 0,6% en 2016 a un 6,1% en 2017.

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