El fallecido, que al parecer era homosexual, llevaba tres días sin contestar al teléfono y fueron sus amigos los que alertaron a la Policía, preocupados porque pudiera haberle ocurrido algo.
Según indicaron los vecinos, el fallecido salía con otro hombre, que tenía hijos de una relación anterior con una mujer. Este hombre había muerto hacía poco y le dejó la vivienda en usufructo al apuñalado.
El portero de la finca explicó que éste tenía bastantes disputas por la herencia de su compañero y, aunque no precisó más, se supone que eran con familiares del propietario del piso. La Policía no descarta ninguna hipótesis y baraja el crimen pasional o por motivos económicos.
«Era un hombre normal»
«Venía de vez en cuando a tomarse algún vino o alguna tapa; era una persona normal y corriente», explicaba ayer el propietario del bar Federico, un establecimiento cercano al domicilio del fallecido. «Nunca tuvo problemas con nadie. Creo que era albañil», añadía. «En la comunidad, que yo sepa, no había ningún problema con él y nunca se habían oído peleas ni nada parecido en su casa», explicaba.
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