La actriz Carmen Machi regresa al Nuevo Teatro Circo de Cartagena con la obra 'Almuerzo en casa de los Wittgensetin'

Comienza este miércoles la temporada teatral que la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Cartagena organiza en el Nuevo Teatro Circo con la tragicomedia familiar interpretada por Carmen Machi 'Almuerzo en Casa de los Wittgestein (Ritter, Dene, Voss)', a las 21.30 horas. Las localidades cuestan entre 20 y 18 euros.

Comienza este miércoles la temporada teatral que la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Cartagena organiza en el Nuevo Teatro Circo con la tragicomedia familiar interpretada por Carmen Machi 'Almuerzo en Casa de los Wittgestein (Ritter, Dene, Voss)', a las 21.30 horas. Las localidades cuestan entre 20 y 18 euros.

Voss es un filósofo que acaba de salir de uno de los manicomios más conocidos de Austria. Al llegar a su casa, el domicilio de una familia culta y decadente de la vieja Europa, sus dos hermanas, Ritter y Dene, las dos actrices retiradas, le organizan una comida de bienvenida.

Verdades desconocidas, a veces sorprendentes, serán reveladas durante el encuentro entre estos tres personajes, atrapados en las convenciones de una familia acomodada.

Carmen Machi, Mingo Ràfols y Àngels Bassas protagonizan una obra que Bernhard dedicó a sus actores preferidos, Ilse Ritter, Kirsten Dene y Pert Voss, y que, dicen, está inspirada en la personalidad del filósofo Ludwig Wittgenstein y en la relación que mantenía con sus hermanas.

El Nuevo Teatro Circo propone una aguda reflexión patológica y vital con Almuerzo en casa de los Wittgenstein (Ritter, Dene, Voss). No es ésta una obra fácil de asumir ni de comentar. Sus amplias y vigorosas raíces históricas, filosóficas y temperamentales (de los protagonistas a los que hace referencia) hacen de ella una prueba de alto calado para todo aquel que, acomodaticiamente, pretenda asistir al teatro sin la expresa voluntad de poner de su parte un poderoso esfuerzo de atención y desciframiento argumental.

'Almuerzo en casa de los Wittgenstein (Ritter, Dene, Voss)' basa su estructuración argumental en la relación que mantienen los herederos de la familia Worringer, representantes de unos de los linajes más ricos de la ciudad.

Los hermanos Ritter, Dene y Ludwig han disfrutado de una vida acomodada, de los recursos familiares para poder obtener, ya sea por mérito o por demérito, todo aquello que han deseado o simplemente apetecido, aunque el resultado de todo ello no ha sido otro que la inacción personal, moral e incluso la desesperación existencial que ha llevado a Ludwig a ser internado en la institución mental de Steinhoff.

La obra teatral se inicia momentos antes de que Ludwig regrese a la casa familiar después de su estancia en el sanatorio, presentándonos los caracteres de sus dos hermanas: la mayor Dene ansía la vuelta de su hermano a casa, mientras que la menor, Ritter, se desvincula del evento. Esta primera escena nos permite conocer, aunque solo sea de forma sucinta, la "historia" de la familia y los lazos que existen entre sus miembros.

La siguiente escena muestra la primera comida que los tres hermanos comparten desde el internamiento de Ludwig, y es aquí donde observamos con toda la crueldad y la dureza necesaria, la realidad sentimental de la familia. La tercera y última escena se sitúa poco después del ágape familiar, en el momento en que la situación estalla en mil pedazos debido a lo artificial y túrbido de la ocasión.

Incoherencias de la familia

'Almuerzo en casa de los Wittgenstein (Ritter, Dene, Voss)' es una obra de teatro que trata sobre los caracteres. Sobre las incoherencias de una familia adinerada de principios del siglo XX cuyos miembros no han sabido o no han podido vencer ni superar el peso de la herencia familiar para poder crear y continuar con sus vidas personales.

Ludwig es un famoso pensador y filósofo del momento, ha recibido una portentosa educación burguesa y ha escrito diversas obras que le han proporcionado un amplio reconocimiento. Sus dos hermanas han optado también por la vida cultural, convirtiéndose en reputadas actrices de teatro, aunque, como podemos intuir, todo ello debido a la posición y a las conexiones familiares.

Dene y Ritter se pueden permitir el lujo de escoger y escasear sus actuaciones, ya que su familia posee amplios negocios en el mundo del teatro, lo que les posibilita interpretar a su antojo grandes y majestuosas interpretaciones de tres minutos de personajes insignificantes, esperando, eso sí, el aplauso de un público entregado. Ninguno de los tres hermanos está casado, por lo que pertenecen aún al ámbito familiar, un lazo que ha pesado en ellos más de lo conveniente.

Los tres hermanos están ahogados, cada uno en su forma, bajo el peso del nombre, la riqueza y la importancia de la familia. Sus vidas han sido escogidas por otros y en algunos casos han sido, incluso, despreciadas. Toda este peso se hace patente con la vuelta de Ludwig del sanatorio (¿es posible qué haya sido internado tras un intento de suicidio?) a través del moribundo e inmóvil comportamiento de los hermanos y del peso gigantesco y avasallador de la casa.

Una casa que se hará presente, y muy presente, a través del inmejorable trabajo escénico de la obra. Una decoración que parece que no haya cambiado nunca, que siempre haya existido tal y como es ahora, desde el principio, y que sea la manifestación del poder de los padres, de la familia, sobre el acontecer de las vidas de sus herederos.

El colgar y descolgar de los cuadros familiares no es más que una metáfora del rechazo de Ludwig, posiblemente el personaje con una percepción más clara de la realidad, del legado familiar, una clarividencia que lo único a lo que le ha llevado es a una situación de paroxismo e inquietud existencial.

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