Nueva polémica en Barcelona por una decisión de su alcaldesa, Ada Colau. Este verano el Ayuntamiento ha decidido, en contra de lo que ha sido habitual desde que el sistema se implantó, seguir cobrando en sus zonas azules. Colau afirma que es para fomentar el uso del transporte público y de las bicicletas, y que esta medida ya está consolidada en otras grandes ciudades europeas. La oposición, en cambio, cree que es una forma encubierta de conseguir ingresos para las arcas municipales. Entre los ciudadanos, son los comerciantes los más agradecidos: calculan que, al ser de pago las zonas afectadas, habrá rotación de vehículos y más potenciales compradores.