Es la vista de pájaro de Pescara del Tronto después del terremoto. Localidades que han dejado de existir. Pero se ve movimiento. Son ellos, no se dan por vencidos. Porque entre todos estos restos de lo que alguna vez fueron hogares aún pueden encontrar de vida. Los que han sobrevivido cuentan que nunca han vivido un terremoto como este. No saben cuántos muertos hay, aunque la cifra oficial se acerca a la de los 300 de la catástrofe de Aquila en 2009. Con el miedo en el cuerpo, y un visible cansancio en sus rostros, todavía no saben dónde ir. Son las decenas de personas que llevan ya dos noches a la interprerie. Mezclados entre los escombros, las tiendas de campaña, y el personal de emergencia. Comparten desayuno y ánimos con el resto de los supervivientes, para recuperar las fuerzas.