En estas urgencias, los pacientes esperan entre 4 ó 5 horas a ser atendidos y se pasan hasta tres días sentados en un sillón a la espera de que quede una cama libre para su ingreso, según denuncia el Sindicato Médico. Además, los enfermos afectados de neumonía, deshidratación, angina o trombosis reciben tratamiento en la misma sala de espera, «sin intimidad, ningún confort y obligados a hacer sus necesidades o a ser auscultados a 20 cm de la cabeza de otro paciente, mientras media sala de observación permanece cerrada», se quejan en el sindicato.

Los médicos de urgencias, que llevan 4 meses protestando por la masificación, la caótica organización y la escasez de personal e infraestructuras, lo que repercute en la calidad asistencial, piden a la Administración que atienda las necesidades de este servicio, el «patito feo» de la sanidad.

Y media sala de observación, cerrada

Media sala de observación de las urgencias del Virgen del Rocío, perfectamente dotada con medios, monitores y oxígeno, permanece cerrada desde hace meses. Según los sindicatos, el hospital no la abre para ahorrarse personal, sobre todo de enfermería.