Después del 1-1 ante el Alcalá, al que venció por 1-3 en la ida, alrededor de 10.000 personas se congregaron en la plaza de Los Luceros, habitual lugar de encuentro de los aficionados herculanos para recibir a los héroes del ascenso, jugadores y cuerpo técnico, que llegaron a la plaza en un autobús descubierto con el lema Juntos, qué grandes somos. Después de la celebración con sus incondicionales, los actos oficiales continuaron ayer con la ofrenda del ascenso a la Virgen de Santa Faz y la recepción en el Ayuntamiento de la ciudad por parte de las autoridades municipales.

 

 

La Segunda División recibe al Hércules seis años después de su caída a Segunda B, que se produjo en la campaña 98-99, sólo dos años después de haber militado en Primera. El ahora director deportivo del Valencia, Javier Subirats, puso las bases de un proyecto ganador que comenzó a gestarse con la llegada de Valentín Botella a la presidencia del club.

 

 

Gracias a la pacificación social, el técnico Juan Carlos Mandiá ha podido contar con un bloque consistente y elaborar un once muy definido en el que han brillado el meta Butelle, Álvaro Cámara y Kiko Ratón.

 

 

Las aspiraciones del Hércules para la temporada que viene pasan por asentar el proyecto de un club clásico de la Segunda División española. Tras los problemas económicos de este año, los alicantinos tratarán de sanear sus cuentas sin olvidar el aspecto deportivo e institucional. Además, los aficionados ya reclaman que el equipo deje de compartir el Estadio Rico Pérez con el Alicante.