A este supuesto, el delegado del Gobierno en la región, Miguel Alejo, añadió que el conductor podría sufrir algún trastorno psíquico «porque no era normal su estado de nerviosismo ni su reacción», aunque reconoció que serán los forenses los que determinen su situación.

El control que se saltaron, a las 12.45 horas, estaba en la A-66 en Santas Martas (León). Tras la fuga, un agente cogió su motocicleta y se lanzó a perseguirlos, poniéndose al lado del turismo para pedir que parara. En ese momento, el conductor dio un volantazo y golpeó al agente, que murió en la caída en el kilómetro 169 de dicha vía.

Tiroteo

Los jóvenes, que siguieron por la autovía 190 kilómetros, fueron detenidos en la A-52, ya en Zamora. Allí los agentes tuvieron que efectuar varios disparos a las ruedas y los bajos del coche para conseguir que pararan. El conductor estaba fuera de sí y se llevó por delante todos los coches que se habían colocado en la autovía, cerrada al tráfico, para detenerlos.

El único documento que llevaban los detenidos encima era una fotocopia de sus supuestos DNI, según informó Alejo. Ninguno portaba el carné de conducir.

La víctima, que quedó tendida en la calzada, tenía 37 años, estaba casado y era padre de una niña de cuatro meses y un niño de cinco años. Será enterrado hoy en Trobajo del Camino (León), donde vivía.

Momentos de tensión

El tiempo que se tardó en identificar a los dos detenidos dio pie a desarrollar numerosas hipótesis y rumores. Una de ellas fue que ambos pertenecían a ETA, ya que el control que se saltaron era antiterrorista. Esta hipótesis, en un principio, no fue desmentida ni confirmada por el delegado del Gobierno en Castilla y León, Miguel Alejo, quien finalmente desmintió este hecho e informó de que no tenían antecedentes penales.