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La tradicional prueba del alumbrado abrió el martes oficialmente, con el encendido de las 370.000 bombillas repartidas por el recinto, la 160 edición de la Feria de Abril de Sevilla y dio paso a siete días de fiesta y disfrute en sus 1.047 casetas, que configuran una ciudad casi paralela y autónoma. En los próximos días un desfile ininterrumpido de famosos se dejará ver por la Feria. José Campos y María del Carmen Martínez Bordiú ya están allí.

Miles de personas se apostaron ante la portada del Real de la Feria (este año inspirada en la Giralda) y en sus alrededores, en el barrio de Los Remedios, para ver a las 00.00 horas el ritual encendido de las 350.000 lámparas y farolillos que iluminan sus quince calles, todas con nombres de figuras del toreo, y las 20.000 bombillas de su entrada principal.

Como es habitual, el alcalde de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín, acompañado por miembros de la Corporación municipal, accionó el mecanismo que encendió la portada y todo el recinto ante las muestras de alegría de los sevillanos y de numerosos turistas.

Al alumbrado, que se produjo tras el tradicional "pescaíto" en las casetas, siguió el júbilo y las ganas de feria de miles de personas congregadas en torno a la portada -de 44 metros de altura y 212 toneladas de peso-, en el arranque de una fiesta que se desarrollará hasta la medianoche del domingo en los 1.200.000 metros cuadrados que ocupa el recinto.

'Venganza bética'

Este año corona la portada una bandera del centenario del Real Betis, como homenaje a esta efemérides del club bético, además de que los 250.000 farolillos instalados para alumbrar y adornar sus calles también son verdes y blancos, que tradicionalmente suelen alternarse con otros rojos y blancos -colores del Sevilla FC-.

Siete días y miles de actividades

La Feria no coincide este año, como sí ocurrió en la pasada edición y otros años anteriores, con el Puente del Primero de Mayo, aunque la capital andaluza se prepara para recibir a multitud de turistas, que disfrutarán junto a los vecinos de Sevilla de estampas clásicas de esta fiesta como el paseo de caballos, el colorido en todo el Real y momentos de diversión y convivencia en las casetas.

En estos días, la gran mayoría de los sevillanos deben compaginar como pueden su presencia en la Feria con su jornada laboral habitual, por lo que el mayor ambiente en el recinto comienza, de lunes a viernes, a partir del almuerzo.

Del total de las casetas, cuya cifra se ampliará en 300 más con la mudanza al Charco de la Pava prevista para 2009 ó 2010, dada su actual saturación, 542 son familiares, en su mayoría compartidas; 312 de entidades; 172 de peñas; una municipal; seis de los distritos -únicas de libre acceso junto a las de partidos o sindicatos-; y 14 de servicios municipales.

Desde hoy se podrá disfrutar del paseo de caballos, con una concentración diaria de unos 4.000 équidos y que el Ayuntamiento ha vuelto a regular para que los carruajes no colapsen el recinto, al que sólo podrán acceder cada día 700 de los 1.400 coches de caballo con permiso, que rotarán según tengan matrícula par o impar.

La Feria, cuyo alumbrado se apaga a las 3.00 para adelantar los servicios de limpieza, funciona como una pequeña ciudad cuyos servicios públicos están garantizados gracias a 5.000 personas que, en tres turnos, se encargan de la seguridad, la limpieza y el transporte, entre otros menesteres.

A ellos hay que sumar el trabajo de miles de camareros, quiosqueros, vendedores ambulantes o feriantes que trabajan a destajo en las casetas y en las atracciones de la Feria.

Este año, cuatro cámaras grabarán las calles más transitadas del real para contribuir a la seguridad y evitar pequeños robos, tras obtener el Ayuntamiento permiso del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) para instalar este sistema de vigilancia.

La Feria de Abril nació con un decreto de la Reina Isabel II del 5 de marzo de 1847 y comenzó como una feria de ganado de tres días creada por el catalán Narciso Bonaplata y el vasco José María Ybarra, donde se montaban los corrales que luego evolucionarían hasta las actuales casetas: que tienen un espacio delantero, donde se realiza la convivencia; y otro trasero, con cocina, bar y servicios.