Un granadino que tenga matriculado un utilitario de 8 caballos fiscales (como un Fiat Panda o un Kia) paga 4,93 euros más que un vecino de Huelva y 17,45 más que en Melilla, las ciudades con tarifa más baja.
El desembolso continúa en cilindradas de mayor potencia y en la gama media (entre 8 y 11,99 caballos fiscales), como el Clio o el Mégane 1.600, los residentes en Granada abonan 64,24 euros por poder circular, mientras que si estuvieran empadronados en Huelva pagarían 13,45 euros menos y en Melilla se ahorrarían 47,2 euros.
Granada es la quinta ciudad española más cara para los que tienen vehículos de más de 2.000 centímetros cúbicos diésel (como el nuevo Ford Focus o el Seat León). Los dueños de estos coches abonan 135,40 euros al año, nada que ver con los 88,49 de Pamplona o los 35,97 de Melilla.
Toda esta situación está creando, según AEA, verdaderos paraísos fiscales. «Las grandes empresas matriculan sus flotas en los lugares más baratos». Desde luego, en Granada capital, no.
Los motoristas salen ganando
En Granada capital había matriculados 112.721 coches y 16.145 motocicletas en 2004. Los propietarios de automóviles están entre los que más pagan de España por el impuesto de circulación y los motoristas entre los que menos, excepto en motos de más de 1.000 centímetros cúbicos, donde Granada ocupa la primera posición (compartida con Huesca, Zaragoza y Tarragona), con 121,16 euros. Los dueños de ciclomotores también salen beneficiados y sólo pagan 7,28 euros anuales.
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