Joven, inmigrante con y sin papeles, sudamericana o del este y sin carga familiar en la ciudad. Ése es el perfil de la mujer que ejerce la prostitución actualmente en Sevilla, según explica el centro Leonor Dávalos de la Delegación de la Mujer.

Tras más de una década dedicado a ayudar a las prostitutas en Sevilla, sabe que pueden salir de este mundo. De hecho, seis de cada diez prostitutas que quieren dejar la calle lo logran.

Acompañamiento

Los trabajadores de Leonor Dávalos realizan una media de 100 atenciones mensuales (2.295 entre 2006 y 2007). En este periodo han llevado a cabo, entre otros muchos proyectos, el acompañamiento a la formación y al empleo de 117 mujeres.

Mientras, la explotación sexual en Sevilla se ha mudado del centro (donde se ubica la sede) a la periferia: Sevilla Este, Alcosa, Macarena y ciertos polígonos industriales.

En la Alameda tan sólo quedan media decena de prostíbulos, según explican en el centro Leonor Dávalos.

No obstante, la prostitución todavía se ejerce en plena calle en algunas zonas de Sevilla Este. Pero el gran grueso está en los cada vez más numerosos clubes de alterne y en pisos distribuidos por los barrios de la ciudad.

Por ello, la Delegación de la Mujer va a comenzar a atender a las prostitutas en los seis  Puntos de Información a la Mujer que hay repartidos por diferentes zonas de la ciudad.

«De esta forma será más fácil llegar a ellas para poder ayudarlas», explica Mariló Rodríguez, delegada de la Mujer.

Dos años para la inserción

El proceso de inserción de una mujer que ejerce la prostitución dura unos dos años, según cuentan en Leonor Dávalos. La figura de un psicólogo es clave y el primer eslabón de la cadena para dejar la calle. Tienen que recuperar su autoestima, explican. Después, hay que seguir con la formación y la búsqueda de empleo. El centro alerta de que en el mercado laboral no existen facilidades para estas mujeres y apunta que deberían existir procesos tutelados de uno o dos años.