Un tipo de grasa que se acumula en el trasero puede prevenir la diabetes, afirman científicos estadounidenses.
Según un estudio publicado por la revista Cell Metabolism, la grasa situada justo bajo la piel aumenta la sensibilidad a la insulina, que regula el azúcar en la sangre.
Trasplantando grasa a las nalgas de ratones los investigadores descubrieron que los animales tenían un nivel más alto de insulina.
Este efecto sólo se produce con la grasa subcutánea, que se encuentra sobre todo en las caderas y en el culo. Sin embargo, la grasa visceral, que se sitúa en el abdomen, no tiene efectos tan saludables sino que, bien al contrario, aumenta el riesgo de padecer diabetes y cardiopatías.
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