Una monja ortodoxa muere crucificada en Rumanía tras un exorcismo

Maricica Irina Cornici falleció a causa de los ritos de exorcismo practicados por un sacerdote y cuatro monjas que tenían más fe en las soluciones divinas que en la medicina.

La joven de 23 años acabó su vida amarrada con cadenas a una cruz de madera y amordazada, después de pasar seis días sin agua ni comida en el monasterio Santa Trinidad de la localidad de Tanacu, al noreste del país.

Previamente, el sacerdote Daniel Corogeanu -conocido como Padre Daniel- y cuatro monjas habían secuestrado a la joven el pasado 10 de junio, atándole los pies y las manos y le metieron una toalla en la boca, porque Sor Irina estaba poseída por los diablos y los malos espíritus

Según relata el Padre Daniel en una entrevista que publica el diario Evenimentul Zilei, su conducta era violenta, echaba espuma por la boca y rechazaba el agua bendita, por lo que tuvieron que inmovilizarla y tratar de curarla mediante oraciones.

Los diablos no pueden ser curados por píldoras

"Los diablos no pueden ser curados con píldoras", dice y precisa que toda la comunidad estaba de acuerdo en que "se trataba del diablo y no de una afección psíquica", lo que se veía -explica- por sus gestos y las palabras que gritaba y que mostraban la presencia demoníaca.

El pope desmiente que la crucificaran y asegura que sólo para poder inmovilizar sus manos añadieron una tabla transversal a las camillas en que la mantenían y que la amordazaron porque lanzaba insultos en la iglesia durante la misa celebrada para su salvación.

Intento de salvación fallido

Las monjas y el sacerdote Daniel golpearon y estuvieron a punto de romper el hábito al vicario de Husi, Corneliu Barladeanu, que llegó este domingo al monaterio para suspender y prohibir a éste que celebre la misa hasta que la Fiscalía rumana finalice las investigaciones.

Los médicos forenses precisan que la muerte de la joven se debió a una insuficiencia aguda cardio-respiratoria, asfixia mecánica, otros traumas y deshidratación, asociados a un ataque de esquizofrenia.

"Es un acto abominable y una práctica bárbara", dijo a la prensa el portavoz del Patriarcado de la Iglesia Ortodoxa Rumana, Costel Stoica, quien añadió que lo sucedido "carece de precedentes en la historia de la vida monástica oriental".

El exorcismo, muy practicado en Rumanía

"El exorcismo se práctica en las iglesias de Rumanía a amplia escala", señaló en declaraciones a la prensa Razvan Codrescu, redactor jefe del periódico Lumea Credintei (Mundo de la fe).

Tras la caída del comunismo y cuando en todo el país habían quedado sólo un centenar de conventos, la vida monástica renació en Rumanía, destaca Codrescu, y añade que el número de los monasterios y ermitas se eleva actualmente a más de 500. Numerosos jóvenes de ambos sexos visten el hábito desde edades muy tiernas motivados además de la vocación religiosa, también por la falta del trabajo y las dificultades materiales.

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