"La Vuelta no es tan dura como pueden ser el Tour el Giro; pero no es tan fácil". Es la opinión, bastante compartida por los que conocen las tres grandes rondas por etapas, de Carlos Sastre.

Este madrileño, abulense de adopción y casado con la hermana del que fuera gran escalador José María Jiménez, es la gran baza española junto a Óscar Pereiro. Pasada la treintena, Sastre corre otra vez en casa para tratar de lograr un triunfo que cada vez se hará más complicado. Los años no perdonan y este año los rivales son duros.

"Los Pirineos son el punto donde hay más dureza acumulada. Además, llegan tras la crono de Zaragoza. Los Lagos de Covadonga se suben demasiado pronto, por lo que habrá mucha gente intacta de fuerzas y pocas diferencias. Los Pirineos marcarán muchas más distancias", analiza el corredor del CSC.

Una etapa, la quinta, la que acaba en Reinosa, es interesante. Sastre avisa: "Es una zona dura en la que suele haber viento. Salvando las distancias entre los puertos, La Palombera hace el papel del Galibier en la etapa de Briançon del Tour, porque está a unos 30 kilómetros y puede invitar a ataques; no creo que si los hay sean serios. O tengan éxito".

Pero Sastre apuesta por una Vuelta sin decidir hasta el último día. "Este recorrido mantendrá la emoción hasta el último día. La general no estará clara. Una fórmula ideal para mantener la atención de las audiencias", indica.

Y esa es la tecla que quiere pulsar desde Unipublic. La de la emoción hasta el último momento.