Se calcula que en Sevilla hay 3.138 que pertenecen a familias donde existe este terrible problema, de los que el 85% han sido testigos del maltrato ejercido sobre sus madres y un 66% fueron maltratados, de forma psíquica y psicológica.

El programa piloto, que se quiere extender en un futuro a toda Andalucía, quiere mejorar el bienestar psicológico y emocional de estos niños y prevenir que la violencia se transmita de manera generacional.

Desde Amuvi, le ofrecerán apoyo y orientación psicológica y educativa tanto a sus madres como a los hijos de hasta 12 años. Un equipo multidisciplinar de trabajadores sociales, psicólogos y pedagogos los atenderá individualmente, en horario de tarde, en la nueva sede de Amuvi ubicada en la calle Alberto Durero, en Nervión.

Comenzarán en septiembre con 60 niños. Los pequeños afectados serán derivados tanto del Instituto Andaluz de la Mujer, Casas de Acogida, delegación de Asuntos Sociales o los propios juzgados.

Sevilla es la primera provincia andaluza con mayor número de denuncias de mujeres víctimas de violencia por parte de su pareja o ex pareja, con 2.242 denuncias registradas en el año pasado, siendo cerca de 9.000 las denuncias en toda Andalucía. En lo que va de año, ya han fallecido 40 mujeres en todo el país en manos de sus maridos o ex parejas, de las que cinco perdieron la vida en la comunidad autónoma.

"Los hijos de madres maltratadas son observadores de la violencia"

Niño maltratado, adulto maltratador; niña maltratada, futura víctima...

Los hijos de madres maltratadas son observadores de la violencia, no les tienen porque haber pegado. Se estima que el 60% puede repetir los roles de sus progenitores.

¿El chico se identifica con el rol del padre y la niña con el de la madre?

Es lo habitual aunque también se da lo contrario. Hay chicos que asumen el papel de defensores de la madre y pueden hasta matar a su padre para hacer justicia. Es una función que no les corresponde. Su función es crecer y vivir sanos.

¿Qué secuelas deja esta terrible situación?

Ansiedad, falta de autoestima, miedo y una situación de estrés por soportar la violencia de alguien que te quiere. Estos menores siempre esperan a ver que llega.

¿Cómo reaccionan ante la violencia?

Muchos con lejanía e indiferencia. Mientras su padre pega a su madre ellos ven la tele. Es su forma de desconectar. Hacen como que no se enteran pero lo escuchan y lo sufren. Otros nos llegan muy agresivos, sobre todo con su madre. Creen que ésta debe reaccionar. También, muy nerviosos y estresados.

¿Su mensaje?

Que lo que viven es una parte de la vida. Que ellos no tienen la culpa. Y que este programa es un escalón para el cambio, para que recuperen su autoestima y para evitar que la violencia se repita de manera generacional.

Pilar Sepúlveda es la directora de AMUVI, asociación con una larga y reconocida trayectoria en la asistencia a mujeres y menores víctimas de violencia.