"La historia de la educación no podría escribirse sin la colaboración de tantas órdenes religiosas dedicadas a la enseñanza y sus fundadores, que fueron genios en la materia", ha añadido el a su vez cardenal arzobispo de Valladolid.

En tales términos se ha pronunciado durante su intervención en el Foro Económico de El Norte de Castilla con la ponencia 'Iglesia al servicio de los pobres', título tomado del documento que con motivo de la crisis económica aprobó en abril de 2015 la Conferencia Episcopal Española que preside.

Blázquez, además de poner en valor el trabajo que la Iglesia realiza en materia educativa, ha extrapolado también el peligro de crisis en caso de que ésta dejara de prestar atención en el ámbito de los servicios sociales, capítulo en el que ha puesto como ejemplo a Cáritas, federación a la que ha calificado de "buque insigna" sustentado, fundamentalmente, por las limosnas de los fieles.

En su análisis sobre la crisis económica, que, según él, "ha empobrecido a todos un poco más" y de la que se está saliendo, el prelado abulense ha explicado que la Iglesia ha afrontado el servicio a los más pobres a través de tres vías: predicando el Evangelio, facilitando los Sacramentos y facilitando los servicios caritativos y sociales.

Blázquez, en declaraciones recogidas por Europa Press, ha enmarcado el documento 'Iglesia al servicio de los pobres' el documento aprobado en abril del pasado año en Ávila por la Conferencia Episcopal y que, como así ha justifidado, tenía el propósito de contribuir a colaborar en la solución de un problema tan complejo y a esbozar posibles medidas a partir de la "caridad social y la caridad política".

"La intención entonces de los obispos era demostrar que no estamos al margen de la realidad y compartir con los fieles y quienes quieran escuchar su voz la preocupación ante el sufrimiento generalizado por la grave crisis económica, social y moral", en especial, lo que más le "inquieta", la padecida por aquellas personas menos capacitadas y que "también tienen derecho a la dignidad".

En el referido documento, que ha calificado como "instrucción", el conjunto de los obispos españoles proponía ya entonces, entre otras iniciativas, la creatividad de la caridad política, el carácter indisociable entre culto y caridad hacia los pobres, cultivar una caridad que impulse el compromiso social, promover el desarrollo integral de la persona, defender la vida humana y la familia y la consideración de esta última como "fundamental e insustituible".

El pronunciamiento de la Conferencia Episcopal también tenía referencias al fenómeno de la corrupción, planteada como un "daño moral" que interrumple el correto funcionamiento del Estado, genera "desconfianza" entre los gobernantes y los gobernados y causa desprecio de los ciudadanos hacia la política y las instituciones".