El jefe del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha dado instrucciones al ministro de Exteriores, Miguel Angel Moratinos, y a la secretaria de Estado de Cooperación, Leyre Pajín, para que, en contacto con Marruecos, se preste ayuda humanitaria a los subsaharianos trasladados a zonas desérticas.

Médicos sin Fronteras ha denunciado que unos 800 inmigrantes subsaharianos han sido trasladados desde la frontera de Ceuta y Melilla a una zona desértica del este de Marruecos cercana Argelia, en la que carecen de alimentos y agua y que, entre ellos, hay heridos, varios graves, embarazadas y niños enfermos.

Fuentes del Ejecutvo informaron de que Zapatero está prestando el máximo interés a este asunto, está permanentemete informado de la evolución de los acontecimientos y ha dado instrucciones a Moratinos y Pajín para que actúen.

En concreto, ha pedido al ministro de Asuntos Exterios que se ponga en contacto con las autoridades marroquíes y a la secretaria de Estado de Cooperación con la organizaón no gubernamental Médicos Sin Fronteras.

El objetivo de esos contactos es aclarar la situación existente para que España apoye en lo que pueda en la prestación de ayuda humanitara a esos subsahaianos.

El coordinador de Médicos Sin Fronteras en Marruecos, Javier Gabaldón, en declaraciones a Efe, aseguró que esta ONG ha organizado el traslado de algunos de los subsaharianos a hospitales y ha proporcionado gallet, agua, mantas y plásticos a las personas que más lo necesitan.

Los más fuertes quieren volver a intentarlo

Al menos 200 inmigrantes clandestinos subsaharianos expulsados de Marruecos y abandonados en una zona desértica de la frontera con Argelia, a 600 kilómetros de la ciudad española de Melilla, han emprendido regreso a pie hacia el norte marroquí.

Otros 300 subsaharianos se han concentrado en las aldeas próximas a la localidad marroquí de Bouanane, próxima a la frontera con Argelia, donde buscan un poco de agua y algo de comer para poder sobrevivir.

Estos inmigrantes declararon que fueron abandonados por las fuerzas de seguridad marroquí en una zona desértica fronteriza entre Marruecos y Argelia, y que han llegado al lugar tras caminar hacia el interior del territorio marroquí durante cinco o seis días.

Además, según su testimonio, entre 15 y 20 de los subsaharianos expulsados habrían muerto desde entonces, ya que muchos de ellos estaban heridos.