Quijote en la Quinta Avenida

La compañía Els Joglars, con la obra ‘En un lugar de Manhattan’, se ríe de los artistas que durante el año de ‘El Quijote’ quisieron hacer versiones posmodernas de la obra de Cervantes.
La famosa escena de los molinos y Don Quijote, vista por Els Joglars.
La famosa escena de los molinos y Don Quijote, vista por Els Joglars.
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La famosa escena de los molinos y Don Quijote, vista por Els Joglars.
Els Joglars presentan en Murcia su último trabajo teatral, una revisión del clásico de la literatura –El Quijote– en el que ridiculizan las adaptaciones presuntamente modernas y poco convencionales que algunos (también presuntos) expertos en teatro se inventaron durante el año de El Quijote (2005) en todos los teatros del mundo.Llega la compañía Els Joglars a nuestra Región con este nuevo espectáculo, y el humor está garantizado. Pero también la crítica en la boca, sobre todo, del sabio Sancho: la compañía catalana hace una versión irónica que pone en entredicho con mucho humor las adaptaciones de los clásicos.

La nueva producción de Els Joglars nos muestra la existencia de un quijotismo mal entendido y ridiculizado casi siempre.

Albert Boadella ha dado, con una maestría incontestable, una vuelta de tuerca  a todos los proyectos que, pretendiendo ser renovadores, en realidad le acaban haciendo daño a la obra.

Además, En un lugar de Manhattan es una pieza magistral por algo más: siempre es difícil hablar del teatro sobre los lomos de un teatro. Y en este caso lo hacen: el argumento habla de una directora argentina, bastante confusa en sus planteamientos, que prepara una versión posmoderna en la que el caballero deja de ser hombre para ser una mujer, por una cuestión de modernidad. Ahí es nada.

La cáscara y el huevo

Al final, la pieza es un juego para el espectador en el que muy fácilmente se intuyen mensajes salpicados por la obra, como que la posmodernidad y el vanguardismo no es cambiar todo por luces, música y realidad virtual sobre un escenario real.

La obra es, además, un nuevo ejemplo de cómo Els Joglars saben trabajar en equipo y en un montaje coral: comandados por Ramón Fontseré, que interpreta a El Quijote, y Pep Vila, que hace de Sancho, los actores catalanes están –una vez más– muy acertados sobre las tablas, hablándoles a sus compañeros de profesión, que los escuchan.

* Hoy, a las 21.00 h; el sábado, a las 22.00 h, y el domingo, a las 20.00 h. La representación es en el Teatro Romea. Entradas: 15, 9 y 4 euros.

Sanchos y Quijotes

Posiblemente, Cervantes creó un arquetipo, un modelo original y primario, con Sancho y El Quijote. Una de las escenas más curiosas del montaje, en la que Els Joglars demuestra con más tesón que ha estudiado a fondo el mundo quijotesco, es cuando explican que el dúo Sancho-Quijote se ha repetido cientos de veces en otras historias contadas en el cine y en los libros. Los actores forman una fila y, por parejas, van poniéndonos ejemplos: los dos robots de La guerra de las galaxias, con sus movimientos, es uno de los más curiosos.

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