El e-cuaderno de recortes hace ‘boom’

Llévate todo lo que te gusta: roba, recorta, pega, añade una imagen, otra, otra más, un vídeo... Así de simple es Tumblr, el último fenómeno de internet. Los cuadernos electrónicos de recortes crecen a más velocidad que Facebook: ya hay cinco millones y medio y la empresa es casi una recién llegada, se fundó en 2007. El cerebro tiene 23 años.
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Los tumblelogs son una nueva especie. Están a medio camino entre Twitter (la red social de la brevedad) y el blog de toda la vida. Los llaman microblogs y están llenos de canciones, vídeos, textos y, sobre todo, imágenes. La colección forma una gigantesca tira de recortes: atractivos, chocantes, ensoñadores, turbios o simplemente estéticos. El dinamismo del invento ya engancha a cinco millones y medio de personas al cuaderno de recortes del ciberespacio.

El minimalismo es su bandera. «Tumblr te permite compartir cualquier cosa sin esfuerzo», promete la esquemática página web llena de recuadros con amables puntas redondeadas y letras en negrita. La personalización es su otro plato fuerte: tu tumblelog puede tener el aspecto que desees, el color, el diseño, el tipo de letra... Nada de uniformes con una foto tamaño chapa en la esquina superior izquierda.

En sólo tres años de existencia gana al día más adeptos que Facebook. ¿El inventor de todo esto? El neoyorquino de 23 años David Karp. Caviló la idea con sólo 19 y se puso en marcha a los 20. «Nuestro trabajo ha sido asegurarnos de que los usuarios tengan el espacio necesario para crear una identidad on-line de la que estén realmente orgullosos: publícalo todo, personalízalo todo, construye algo que te apetezca cuidar con pasión», dice desde su empresita de diez empleados.

La independencia acompaña a Karp desde la niñez. Da la sensación de que no ha tenido muchas dudas en su vida. Fue un crío que destacaba por saber decidirse y fijar objetivos. A los 15 decidió dejar el colegio, seguir con la educación en casa (su madre es profesora de Ciencias) y asistir a clases de japonés. Con 17 se marchó a vivir solo a Tokio. Con ese historial, crear algo por su cuenta era un paso lógico. Estaba cansado de los blogs, tuvo tres y no conseguía identificarse con ellos. «Los encontraba desalentadores. Actualizarlos era como un trabajo. Me veía sentado cada noche y dedicado durante 20 minutos a resumir el día o cualquier otra cosa que quisiera transmitir».

Karp buscaba fogonazos, que nada más cargar la página una cantidad de estímulos dieran la bienvenida a su mundo interior, a su identidad on-line. Con su colega Marco Arment desarrollaron en dos semanas la primera versión de Tumblr. En un suspiro tenían 30.000 registros. Siguen en Nueva York y no muestran interés por montar el chiringuito en Silicon Valley como Yahoo o Google: «Es un ambiente incestuoso e hipercompetitivo. Siempre me cortó el rollo».

«Refractarios a la publicidad»

Están en plena expansión y comparten socios capitalistas con Twitter. Sin embargo, la duda sobre la rentabilidad de Tumblr ronda por los mentideros de internet. Se habla de falta de planes y del riesgo de no tener publicidad. «Somos refractarios a los anuncios. Te revuelven el estómago», dice Karp cerrando el paso a la ganancia fácil. Es un servicio gratuito pero quieren ampliar la posibilidad de pago por servicios especiales para usuarios que quieran algo más, una opción que ya existe pero que está poco explotada.

Una adolescente punky enseña los dientes que, declara, «no me gustan»; la manzana cae de la mano de Blancanieves; Twiggy, la modelo sesentera, mira al frente y de perfil sobre una pantalla de televisión pop; un asesino fotografiado por Richard Avedon; la imagen en movimiento de un ojo en completa oscuridad y al ritmo infinito de un gif animado, recurso que era, hasta hace poco, un resquicio arqueológico de la red de los noventa y ahora, tras un lavado de cara, vuelve a triunfar... Los tumblelogs son entradas a micromundos de poca palabra y mucho significado, avalanchas de imágenes que atacan tus ojos.

En el cajón de sastre de esas inmensas colecciones se palpa el gusto por la fotografía clásica, con retratos de actrices de cine mudo, trabajos en blanco y negro de Diane Arbus o resucitadas Polaroid. Hay fotos de ídolos pop (Blondie, James Dean, los Beatles, Iggy Pop y David Bowie son presencias continuas) y también está de moda la curiosidad, la imagen que uno se pregunta de dónde narices ha salido: la versión zombi de Bob Esponja, una tarta infantil de cumpleaños con la inscripción «siempre lo estás jodiendo todo», la cabeza de una Barbie metida en un perrito caliente con salsa...

Lo más importante de las galerías de Tumblr es tu papel como comisario de una exposición interminable. No se priorizan los comentarios. Bajo la imagen, el vídeo, el texto o la canción  hay dos escuetas posibilidades: marcar un corazón que indica que te gusta o hacer un reblog, es decir, llevar el post a tu tumbleblog para compartirlo. El cacareo de la conversación no es frecuente. La rapidez siempre manda.

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