Habrá que tener mucho cuidado para no acabar de barro hasta las orejas si vamos a comer a algunas de las barracas que están instaladas en el jardín del Malecón, ya que ha dejado el suelo (de tierra de albero) totalmente encharcado.Lo mismo sucede en la plaza Circular, en La Seda y en todas aquellas barracas que se han instalado en jardines de tierra. Las demás no tienen ese problema, pero   también están notando la falta de gente.
De momento, las peñas trabajan en mejorar sus tejados y acondicionar sus comedores, para que la lluvia moleste lo menos posible.