El barrio de Vista Alegre amaneció ayer empapelado con pasquines contra la sede de la SGAE, que abrirá sus puertas el mes que viene. Cambios de última hora en el proyecto afectan a las aceras de la calle Salvadas, lo que ha provocado el malestar de los vecinos.
El propio alcalde de la ciudad, Xosé Sánchez Bugallo, reconoce que las rampas instaladas no estaban en el proyecto inicial. A los residentes no les gusta ni el inmueble ni las molestias que causará, con una reducción de las plazas de aparcamiento y de los lugares de paseo. Incluso amenazan con medidas de presión si hay nuevos cambios.
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