Cristiano Ronaldo, ¿héroe o villano?

Cristiano Ronaldo, jugador del Real Madrid, celebra su gol ante el Almería sin camiseta y en presencia de Karim Benzema.
Cristiano Ronaldo, jugador del Real Madrid, celebra su gol ante el Almería sin camiseta y en presencia de Karim Benzema.
REUTERS/Vincent West
Cristiano Ronaldo, jugador del Real Madrid, celebra su gol ante el Almería sin camiseta y en presencia de Karim Benzema.

No se han cumplido ni cuatro meses del comienzo del campeonato de Liga y Cristiano Ronaldo ya ha deja huella en el Real Madrid.

El portugués, que el pasado verano se convirtió en el jugador más caro de la tierra, volvió a demostrar este fin de semana que se ha convertido en el pilar en torno al que gira el madridismo, futbolística y mediáticamente. Su carácter ganador, su relativo egocentrismo y su talento y condiciones físicas son las realidades en las que se sustenta el actual Real Madrid.

Tras 13 jornadas de Liga y una primera fase de Champions League casi finiquitada, el luso acumula un total de 9 goles de los 43 que suma su equipo en ambas competiciones (6 en Liga y 3 en Champions). Unos números al alcance de muy pocos, teniendo en cuenta que el delantero se ha perdido cerca de dos meses por una lesión. Pero su excesivo protagonismo en el equipo y un espíritu exageramente ganador también le han jugado malas pasadas.

El pasado sábado dio muestras de una falta de compañerismo alarmantes y eso preocupa en el club. Cierto es que marcó un gol importante (el cuarto ante el Almería) y asistió en el primero a Sergio Ramos, además de provocar el penalti que significaba el 3-2. Él lo falló y Benzema lo remató, pero ni celebra ni parece querer participar de la alegría de los demás cuando su participación deja de ser tan decisiva.

Para Cristiano, a veces sólo existe Cristiano, si nos atenemos a las reacciones del jugador. Si es él el asistente, pocas veces felicita al que marca y espera, eso sí, que se le agradezca el gesto. Si es él el anotador, el espectáculo está asegurado (véase su reacción en el cuarto tanto -se quitó la camiseta con el partido ya decidido y le costó una amarilla-).

La factura de ese ímpetu le llegó minutos más tardes con otra de sus reacciones, como se vio posteriormente con la expulsión al caer en las provocaciones de un rival y contestar con una patada (Ortiz le dio un manotazo y él contestó sin estar el balón por medio, lo que le valió la segunda amarilla). ¿Resultado? Un Valencia - Real Madrid sin la estrella portuguesa en Mestalla por culpa de otra detalle.

Ensayo, error, rectificación

Pese a todo, en frío y fuera del campo, el jugador transmitió sentirse uno más del equipo, más allá del papel predominante que ejerce en el equipo (protestas hacia compañeros en el campo) y se disculpó por la imagen dada sobre el césped del Santiago Bernabéu.

"Soy humano y me he equivocado. También tengo fallos, pero soy un profesional y no me gusta ni fallar ni perder", manifestó.

Tampoco se puede dudar de su compromiso con el equipo o con su selección, ya que fruto de ese ímpetu por participar y forzar le costó una recaída de su lesión a comienzos del mes de octubre, cuando intentaba clasificar a Portugal para el Mundial.

Y es que, ante el 'universo Cristiano Ronaldo', el espectáculo está asegurado. La cuestión es saber cuál toca cada noche. Este martes, nueva entrega ante el Olympique de Marsella (20.45).

Mostrar comentarios

Códigos Descuento