En 1990 se convirtió en el sex symbol de las sobremesas españolas.  Su papel de galán en las telenovelas Cristal y en La dama de rosa, y la serenidad que empleaba para amar -y mirar- a sus protagonistas, le valieron el fervor de la audiencia femenina y el apodo del 'Kevin Costner de los culebrones'.  Hoy,  el actor y cantante venezolano Carlos Mata, con más de una treintena de telenovelas a sus espaldas, analiza la evolución del género que le encumbró.

'Cristal' y 'La dama de rosa' marcaron el inicio y la plenitud de la era de las telenovelas en España. Sin embargo, se dice que al género le costó mucho colarse en la parrilla televisiva.

Hasta casi los 90, la telenovela no tuvo la oportunidad de ser difundida en España. Probablemente, los motivos eran unos juicios de valor un tanto estereotipados, tales como que el culebrón se traducía en la exaltación de la cursilería y la anticultura o, en el mejor de los casos, en un producto de dudosa factura que no había de aportar nada bueno a la España primer mundista e integrante de la Comunidad Europea. Estoy convencido de que dicho prejuicio nacía de los directivos de los medios, quienes miraban con desconfianza este género que venía desde hacía años haciendo estragos en las audiencias latinoamericanas y en países árabes, asiáticos o en Italia.

¿Cómo era la audiencia de entonces?

La España que yo tuve el afortunado placer de vivir y de conocer en los 90 me confirmó que de alguna manera ese prejuicio no era más que eso: un prejuicio sin ninguna base en la experiencia de la audiencia. Yo recuerdo que me llamaba mucho la atención que en las conversaciones de barras, reuniones, tertulias radiofónicas o de televisión, los temas del amor o de la traición dentro de la pareja, del despecho o del dolor por la pérdida del ser amado no se trataban abiertamente. Llorar por el amor perdido era algo más vergonzoso y abominable que la peor y más contagiosa enfermedad venérea.

Sin embargo, las tramas cuajaron...

Cuando, por primera vez, un culebrón sudamericano como Cristal fue emitido en La 1 de TVE en horario de mañana, fue como una reacción explosiva en cadena.  Se trataba de una historia de amor simple sin efectos especiales, ni tráfico de droga, ni asesinatos de la mafia, ni crímenes cibernéticos, sino una novela donde se recreaba la vida de las familias, sus preocupaciones, sus ilusiones sencillas y valores sencillos como los romances imposibles, los hijos y sus conflictos, el obrar bien o mal, la lealtad y la traición.  Hubo una identificacion espontánea inmediata, creando esa especie de arma de destrucción masiva a la rígida concepcion de lo que debía ser estrictamente "cultural" de levita.  Fue como el bolero o el tango, o la salsa o la ranchera… imparable.

¿Qué supusieron 'Cristal' y 'La dama de rosa' en su carrera profesional?
Me abrieron las puertas de más de cuarenta países, no sólo como actor y cantante, sino como ciudadano del mundo enamorado de la gente. Me dio la oportunidad maravillosa, además, de conocer y convivir con gente que, de otra manera, no hubiera conocido.

¿Cree que aquellas historias y valores permanecen vigentes? ¿Qué ocurriría si se emitieran hoy por primera vez en la parrilla?

La respuesta del público español habría sido la misma, no tengo la menor duda.  El manejo de la estética y el diálogo tendrían que ser, eso sí, más contemporáneos, y las tramas más acordes al presente.  Pero Romeo y Julieta, salvando las enormes distancias, son temas eternos.

¿Han cambiado mucho las telenovelas en estos 20 años?

Claro. Por ejemplo, al fin incluyeron algo por lo que yo luché durante años aunque en las productoras de entonces no me escuchaban: el humor. Estoy convencido de que nada es más amoroso que el humor y nada es más humorístico que el amor. Se retroalimentan y se catapultan, aparte de que es terapéutico y divierte más. Pero, además, las temáticas que rodean estas historias de amor son hoy mucho más interesantes y hay propuestas cada vez más comprometidas con la sociedad actual. También la tecnología.

¿Por qué el género es tan adictivo?

No sé. Juro que nunca he visto una telenovela. Y lo digo casi con vergüenza, ya que ha sido gran parte de mi trabajo. Es que no soporto verme en cámara y, además, no tengo paciencia para sentarme todos los días a la misma hora a mirar un seriado. Por otro lado, me gustan más otros formatos: me apasiona el teatro, el cine y los documentales. Pero supongo que las telenovelas tienen el mismo componente adictivo que tenían las novelas por entregas del siglo XIX que se publicaban en la prensa escrita como las de Alejandro Dumas..

Vaya, esperaba que nos dijera cuáles son las indispensables.

Mi último suspiro de Buñuel, El conde de Montecristo, Robinson Crusoe, David Coperffield, La nausea. Y Asterix y Obelix, ja ja ja. Me perdonan esa, pero es que me enamoran mas los libros.

BíO: Estudió Arquitectura, pero apenas ejerció de esta profesión porque el teatro y la televisión se cruzaron en su vida. Desde entonces ha participado en casi 40 series, una docena de obras teatrales y seis películas. También ha conducido programas de gran éxito en la televisión venezolana y ha grabado 12 discos de baladas y pop. Su carrera en el mundo de las telenovelas sigue activa: Venevisión acaba de estrenar Harina de otro costal, donde el actor interpreta uno de los papeles protagonistas. También participará en la película La mujer del coronel junto a Bárbara Mori y ha anunciado que este año volverá a la música.

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