Antonio Tejero: "Hijo, por Dios y por Ella hago lo que tengo que hacer..."

  • Ramón Tejero Díez, hijo de Antonio Tejero Molina, escribe una carta al diario ABC donde explica las últimas horas de su padre antes del golpe.
  • "Pasamos la mañana con serenidad...El silencio era la elocuencia de nuestro pesar", asegura.
  • "No sabíamos ni más ni menos. Realmente, nos dolía España, mi padre y el momento en sí".
Antonio Tejero en un momento del golpe de 23 del Febrero de 1981. (ARCHIVO)
Antonio Tejero en un momento del golpe de 23 del Febrero de 1981. (ARCHIVO)
EFE
Antonio Tejero en un momento del golpe de 23 del Febrero de 1981. (ARCHIVO)

"Aquel 23 de febrero de 1981, muy temprano, salimos de casa...Yo sabía lo que ocurría...", así comienza una carta enviada al diario ABC por el hijo de Antonio Tejero Molina en el que destaca las sensaciones de su padre aquel 23 de febrero.

No sabíamos ni más ni menos. Realmente, nos dolía España

"Aquella mañana acompañé a mi padre a la celebración de la Eucaristía en la capilla que hay frente a la Dirección General de la Guardia Civil. Momentos de silencio, de oración profunda, de contemplación sincera de un hombre creyente que sabía cuál era su deber, que conocía las órdenes recibidas...". Ramón Tejero recuerda las últimas horas que pasó con su padre antes del golpe de Estado.

"Al salir de la capilla, con una mirada penetrante, y me atrevería a decir que trascendente, contempló la Bandera Nacional y, con voz serena, tranquila y gallarda me dijo: "Hijo, por Dios y por Ella hago lo que tengo que hacer...".

"No sabíamos ni más ni menos"

Asegura que tras la despedida volvió a su casa para acompañar a su madre en uno de los peores momentos de su vida. "Pasamos la mañana con serenidad...El silencio era la elocuencia de nuestro pesar, mientras que el tiempo se convertía, segundo tras segundos, en el traicionero "reloj" que nos hacía pensar en aquel momento. No sabíamos ni más ni menos. Realmente, nos dolía España, mi padre y el momento en sí". "Era un acto de servicio más, en un momento crítico, por el cual atravesaba nuestra Patria".

Alfonso Tejero no "revela nada" nuevo de aquel día ya que el silencio de su padre le obliga a callar. "Sin embargo, no puedo dejar en el olvido las grandezas de un gran hombre", añade.

Define a su padre como un hombre "templado, sensato, sereno, inteligente y capaz de discernir con coherencia una realidad aparentemente absurda e incoherente como parece que fue el 23F".

Ante la cercanía del 23 de febrero, numerosas cadenas de televisión han emitido "Me duele ver cómo todos aprovechan el 'silencio' de un hombre para intentar destruirle...quizá por miedo a su palabra...Me duelen tantos programas y tan poca veracidad". "Me siento orgulloso de mi padre y de que éste se llame: Antonio Tejero Molina", finaliza.

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