Las claves del escándalo de la carne de caballo: qué productos contiene y cómo es el etiquetado

  • La UE aprobó hace una semana reforzar los controles hasta averiguar dónde llega el fraude de la carne de caballo etiquetada como vacuno.
  • Los consumidores españoles están indignados por la falta de medidas que, según ellos, ha tomado el Gobierno en comparación con sus socios europeos.
  • Las autoridades tratan de detectar si la carne equina contiene fenilbutazona, un medicamento que provoca anemia aplásica y un descenso de leucocitos.
  • Todas las noticias sobre el hallazgo de carne de caballo en la UE.
Venta de carne de caballo en una tienda de Alemania.
Venta de carne de caballo en una tienda de Alemania.
EFE / ARCHIVO
Venta de carne de caballo en una tienda de Alemania.

¿Fraude de consumo... o problema de salud pública? La Unión Europea decidió el martes de 19 de febrero atajar la crisis de la carne equina de una vez por todas. La Comisión Europea lanzará un plan para analizar los productos cárnicos que llegan a la cadena alimenticia comunitaria y así poder tranquilizar a los consumidores con los resultados que se obtengan durante el próximo mes de marzo.

El descubrimiento en enero de carne de caballo etiquetada como ternera en algunos productos prefabricados despertó la preocupación de las autoridades sanitarias y la indignación de los consumidorers, que protestan por la falta de transparencia en la traza del origen de la carne y por el engaño sobre el animal que están consumiendo; de hecho, algunos consumidores judíos o musulmanes han descubierto ahora, tras recientes análisis, que no solo habían estado comiendo caballo camuflado como ternera... sino cerdo, algo prohibido por su religión.

El escándalo surgió después de que Irlanda publicase el pasado mes los análisis sobre unas muestras de hamburguesas prefabricadas, que dictaminaban la presencia de carne de caballo. Desde ahí, el escándalo se fue extendiendo a varios países (Francia, España, Italia, Alemania...) y ha afectado a marcas conocidas como Findus y Nestlé, que han tenido que retirar varios productos que contenían équido.

¿Cómo se originó el escándalo?

El pasado 15 de enero, la FSAI (la agencia de seguridad alimentaria irlandesa) anunciaba que había detectado carne de caballo en hamburguesas precocinadas. Hasta 10 de los 27 productos analizados (un 37%) contenían carne de equino, y no vacuno como estaban etiquetados. Poco después, el 7 de febrero, la compañía Findus anunciaba que 11 de las 18 muestras de sus lasañas que habían analizado, contenían entre un 60% y un 100% de carne de caballo. Los productos habían sido fabricados en una planta de Luxemburgo por la firma francesa Comigel, con la carne de caballos sacrificados en Doly Com, una matadero de Rumanía, y posteriormente negociada por comerciantes en Chipre y Holanda. Desde ese momento, la preocupación comenzó a extenderse en toda Europa y cada vez más marcas se vieron afectadas.

¿Qué medidas ha tomado en la Unión Europea?

Se ha aprobado reforzar los controles de los productos cárnicos hasta averiguar dónde llega el fraude de la carne de caballo etiquetada como vacuno. La medida —tomada el pasado día 15 de febrero por un grupo de expertos en el Comité Permanente de la Cadena Alimentaria— supone que durante todo el mes de marzo se van a realizar dos tipos de pruebas: la primera será sobre el ADN de la carne contenida en lasañas o salsa boloñesa; la otra consistirá en averiguar si esa carne contiene un antiinflamatorio denominado fenilbutazona, que es nocivo para los seres humanos. Las pruebas serán financiadas al 75% por la UE y los resultados tendrán que ser remitidos por los Estados Miembros antes del 15 de abril. El comisario europeo de Sanidad y Consumo, Tonio Borg, anunció penas severas para los responsables. "Quien juega con la salud de los consumidores debe contar con toda la dureza de la ley", afirmó en una entrevista con el diario alemán Bild.

¿Ha afectado a productos en España?

Ahorramas retiró sus hamburguesas precocinadas a finales de enero después de que la OCU detectase carne de caballo en el etiquetado de su marca blanca Alipende. Posteriormente fue la multinacional suiza Nestlé quien retiró sus tortellini y ravioli de marca Buitoni tanto en Italia como en España, en los que se había detectado también carne equina; a estos productos ha añadido los canelones de la marca La Cocinera. La división española de la multinacional sueca Ikea, por su parte, ha procedido a la retirada de las albóndigas en todas sus tiendas de alimentación y restauración tras el resultado de las pruebas realizadas por las autoridades de la República Checa. Este producto también ha sido retirado de todas sus tiendas y restaurantes en Europa, así como de Tailandia y Singapur.

¿Qué ha hecho el Gobierno español?

Ni la OCU ni Facua parecen satisfechos con las explicaciones que hasta el momento ha dado el Gobierno español. Este miércoles, Jaime García-Legaz, el secretario de Estado de Comercio, ha afirmado que el asunto no le causa "ninguna preocupación" porque, según él, todos los productos que llegan a las tiendas españolas "están perfectamente controlados por las autoridades sanitarias". Facua, por su parte, denuncia que ni la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan) ni el Instituto Nacional de Consumo (INC) han informado hasta la fecha de qué tipo de controles se han realizado. Y la OCU ha pedido que el ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete, "dé explicaciones" urgentemente porque "no ha habido ninguna explicación de las administraciones implicadas" y porque "lejos de dar una información clara a los ciudadanos, se ha negado hasta ahora el problema como si España fuera una isla al margen de Europa".

¿Hay peligro en su consumo?

El consumo de carne de caballo se ha disparado con la crisis económica, creciendo un 38,21% entre enero y octubre de 2012. La ingesta de carne equina es igual de natural para el cuerpo humano que la carne de otro tipo de animal. Pero el problema surgiría si se hallaran trazas de fenilbutazona, un medicamento comúnmente utilizado en equinos. Como fármaco para consumo humano —recetado para tratar artritis o ataques agudos de gota— está prohibido en países como Estados Unidos o Reino Unido, porque puede provocar efectos secundarios como la anemia aplásica y un descenso de leucocitos. La Unión Europea, sin embargo, solo prohíbe que la fenilbutazona entre en la cadena alimentaria, pero no su utilización como medicamento.

¿Y se ha hallado ya fenilbutazona?

Sí. Tanto en el Reino Unido como en Francia, el análisis de algunas partidas de carne de caballo han dado positivo por este analgésico. El pasado 13 de marzo, las autoridades británicas lo detectaron en ocho de los 206 cadáveres de caballo que viajaban a Francia desde los mataderos del Reino Unido, aunque le quitaron importancia al volumen hallado: "Una persona tendría que comer entre 500 hamburguesas diarias elaboradas con 100% de carne de caballo para acercarse al consumo de una dosis humana", dijeron los responsables sanitarios de Reino Unido.

¿Cómo han reaccionado en otros países?

  • Alemania. El gobierno alemán ha anunciado que irá más allá de las medidas que pide la Unión Europea. La semana pasada acordó aprobar más sanciones para los productores —tanto a nivel económico como penal—, un "sistema de alarma temprana" en la red de distribución y una mejora del seguimiento de los alimentos a través del etiquetado. Para Alemania, la actual red de detección de irregularidades ha fallado y su Gobierno dice desconocer "si esto es sólo la punta del iceberg". Grandes distribuidores como Lidl, Aldi y Tengelmann ya han retirado varios preparados.
  • Reino Unido. "Es inaceptable", ha llegado a declarar el primer ministro David Cameron. Las pruebas realizadas por sus autoridades determinaron que 29 de los 2.501 productos examinados contenían carne equina, menos del 2%. El ministro de Medio Ambiente, Owen Paterson, señaló que la industria del Reino Unido está "absolutamente comprometida" y se ha reunido ya con representantes de las cadenas de supermercados que vendían estos productos. "Los laboratorios están trabajando a toda máquina y estoy muy satisfecha con que el ministro haya reconocido el trabajo duro que están haciendo los comerciantes poniendo a prueba los productos con tanta celeridad", ha manifestado la directora del consorcio de pequeños comercios, Helen Dickinson.
  • Suiza. Hasta siete productos han sido retirados de forma preventiva por contener carne de caballo cuando la etiqueta decía "vacuno". Además, seis supermercados —Coop, Volg, Spar, Denner, Aldi y Lidl— han decidido este miércoles retirar de la venta sus productos con carne de caballo procedente de Estados Unidos, Canadá, México y Argentina tras hacerse público el maltrato que sufren estos animales antes de ser sacrificados para el consumo. "Ninguna carne de caballo será vendida hasta que estas alegaciones no sean clarificadas", afirmaron estos minoristas, que reembolsarán el dinero a los clientes que tengan estos productos en casa y quieran devolverlos.
  • Portugal. Al igual que ha sucedido en España e Italia, la filial de Nestlé en el país luso ha retirado los lotes de una lasaña cuyo contenido de carne equina era mayor al 1%. "Es una cuestión de fraude en el etiquetado, pero no de seguridad alimentaria, porque la carne de caballo es perfectamente consumible", ha indicado un portavoz de la compañía en Portugal.
  • Italia. Tras conocer que la marca Buitoni usaba carne de caballo para elaborar sus tortellini y ravioli, la Policía italiana ha llevado a cabo inspecciones en la planta de producción de Nestlé en la ciudad de Moretta. Desde el 11 de febrero, la Policía italiana ha realizado inspecciones a distintos productores alimentarios y ha tomado 200 muestras de alimentos —carne picada, hamburguesas, refrigerados o congelados— etiquetados como de vacuno para saber si contienen caballo.
  • Holanda. Aparte de las inspecciones que se realizan en los productos cárnicos del país, algunos comerciantes están 'saliendo del armario' sobre el origen de sus productos. El dueño de Piet de Leeuw, un famoso steakhouse de Amsterdam, ha admitido haber vendido carne de caballo durante 63 años, pese a que iniciamente lo había negado, después de que varios análisis revelaran que sus filetes no eran de ternera... sino de équido.
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