Los sueldos caen en los países desarrollados mientras suben en los emergentes

  • Las retribuciones mermaron en un 0,5% en los países desarrollados, que tendrán crecimiento cero en 2012, según la Organización Internacional del Trabajo.
  • América Latina tuvo un incremento del 2,2% en el año 2011.
  • La organización advierte de que los gobernantes "deberían evitar la visión simplista de que pueden salir de la recesión por la vía de los recortes".
  • Consulte aquí el informe y las gráficas.

Los salarios crecieron en los países emergentes y bajaron en los desarrollados durante el año 2011, según el Informe Mundial sobre Salarios 2012/2013 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

El crecimiento promedio de los salarios en 2011 a nivel mundial fue mucho menor que el de los años previos a la crisis, con índices negativos en los países desarrollados, aunque aumentó considerablemente en las economías emergentes, señala el documento presentado en Ginebra este viernes.

El texto revela que los sueldos promedio mensuales ajustados a la inflación, conocidos como salarios reales, crecieron un 1,2% a nivel mundial en 2011, por debajo del 2,1% alcanzado en 2010. Sin embargo, estas cifras están influenciadas por el crecimiento de los sueldos en China, país que, por el tamaño de su población, tiene un enorme peso en el cálculo. Si se analiza el aumento de los salarios sin tener en cuenta a China, el aumento real mundial fue de 0,2 % en 2011, 1,3 % en 2010.

Los salarios experimentaron caídas sin precedentes en las economías desarrolladas, llegando a un descenso del 0,5% de forma global. Para este 2012 se vaticina un crecimiento cero.En cambio, se mantuvieron positivos en el mismo periodo en las regiones y países en desarrollo. El caso más representativo es el de América Latina, las retribuciones se incrementaron un 2,2% el año pasado.

Grandes diferencias

Al presentar estas conclusiones, el director general de la OIT, Guy Ryder, indicó que —por regiones— desde el año 2000 los salarios aumentaron una media de un 5% en los países desarrollados, un 15% en América Latina y el Caribe y se duplicaron en Asia. La evolución salarial ha sido espectacular en China, donde prácticamente se han triplicado en las últimas décadas.

Aunque esto apunta a una convergencia de los ingresos entre los países industrializados y en desarrollo, Ryder dijo que en términos absolutos la diferencia de salarios "sigue siendo muy importante".

Las generalizaciones esconden amplias diferencias en función del desarrollo económico, de las regiones y de los países donde están los trabajadores.

El informe de la OIT destaca también las diferencias salariales por un mismo trabajo en diferentes lugares del mundo, y cita el ejemplo de un trabajador del sector manufacturero que gana 1,40 dólares por hora en Filipinas; 5,50 dólares en Brasil; 13 dólares en Grecia; 23 dólares en Estados Unidos; y 34,9 en Dinamarca.

Sube la productividad

Otro de los aspectos que aborda el texto es el hecho de que en la última década, la productividad haya aumentado a un ritmo mayor que los salarios. Esta tendencia ha generado un cambio en la distribución de los ingresos, lo cual significa que los trabajadores se están beneficiando menos de fruto de su trabajo, mientras que los propietarios del capital ganan más. Esta situación se debería revertir, según la OIT.

En las economías desarrolladas, la productividad laboral se incrementó más del doble que los salarios desde 1999 y, por ejemplo, en lugares como Estados Unidos, mientras que ésta aumentó un 85 % desde 1980, lo sueldos sólo crecieron un 35 %.

El informe advierte que los encargados de tomar decisiones políticas deberían tener cuidado de no promover la productividad a expensas de los trabajadores. "Una reducción de la participación del trabajo afecta no solamente la percepción de lo justo, particularmente dadas las crecientes preocupaciones acerca de las remuneraciones excesivas de los consejeros delegados y en el sector financiero, sino que perjudica además el consumo de los hogares", reza el texto.

Es por ello que los autores consideran que los gobernantes "deberían evitar la visión simplista de que los países pueden salir de la recesión por la vía de los recortes", y abogan por fortalecer las instituciones que fijan los salarios. "Si se diseña apropiadamente, el salario mínimo ha demostrado ser una herramienta eficaz para una base salarial decente, asegurando así un estándar de vida mínimo para estos trabajadores y sus familias", concluye el informe.

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