El volcán Tungurahua: un espectáculo de fuego y ceniza que intimida

El volcán ecuatoriano Tungurahua entró en erupción el viernes y vomitó por su cráter nubes de gas y ceniza, además de toda una armería de fuegos magmáticos en un espectáculo único, pero que intimida a cualquiera que lo contemple.
El volcán Tungurahua, en Ecuador, en erupción.(EFE/STR)
El volcán Tungurahua, en Ecuador, en erupción.(EFE/STR)
EFE/STR
El volcán Tungurahua, en Ecuador, en erupción.(EFE/STR)

Los impactos de las explosiones pueden ser escuchados a más de 30 kilómetros de distancia y muchos de los habitantes de las zonas aledañas están aterrorizados por la fuerza de las detonaciones, pese a que han convivido con la erupción del coloso desde 1999.

La erupción del viernes fue una de las más fuertes de las registradas desde hace seis años y lanzó al aire una nube de ceniza y gases magmáticos, parecida a la que se forma con una explosión atómica.

Para numerosos vecinos del Tungurahua, la del viernes fue una explosión que les parecía anunciadora el "fin de mundo", muy superior a las precedentes, y desde entonces su actividad no se ha detenido, aunque ha sido variable.

Mil evacuados

Al menos unas mil personas han sido evacuadas de zonas próximas al volcán, porque han sido afectadas por la caída de grandes cantidades de ceniza y porque el ruido es insoportable.

Uno vive en sobresalto, pues el volcán parece que se tranquiliza y, de repente, saca esos cañonazos.

"Uno vive en sobresalto, pues el volcán parece que se tranquiliza y, de repente, saca esos cañonazos. Los niños son los que más sufren", indicó un habitante de la localidad del Pingue, donde fueron alojados unos cien evacuados.

Mujeres y niños han sido los primeros evacuados de las zonas afectadas, mientras algunos hombres se aventuran a regresar a sus hogares para recuperar algunas de las pertenencias que abandonaron por la premura del éxodo.

Detonaciones "estrombolianas"

Los científicos califican a ese tipo de detonaciones como "estrombolianas", por el volcán Stromboli de Italia.

Se caracteriza por la expulsión a través del cráter bloques o rocas incandescentes que se elevan a unos 500 metros sobre la cima, para luego descender y rodar por los flancos del macizo.

El Tungurahua, de 5.029 metros de altura, maravilla a los visitantes, aunque una de las niñas evacuadas de la localidad de Cusúa, María Gabriela, de 6 años, dijo que "parecía que se caía la montaña".

Casi cinco millones de dólares necesitan las autoridades de la provincia de Tungurahua para atender la emergencia por la erupción del volcán, según el director nacional de la Defensa (Protección) Civil, José Grijalva.

La ceniza emanada en las constantes explosiones ha afectado directamente a ciertos sectores de las provincias de Chimborazo y Tungurahua.

El funcionario precisó que la Defensa Civil ha dispuesto una operación para atender a los evacuados, sobre todo en la provisión de alimentos y de refugio.

Si esta ayuda gubernamental no llega a tiempo, faltarán raciones para atender a los niños.

No obstante, Grijalva sostuvo que la ciudad turística de Baños de Agua Santa, situada al pie mismo del volcán, vive una "situación especial", ya que sus habitantes, aproximadamente 20.000, y muchos de ellos dedicados al turismo, no ven necesario salir de la zona.

El incremento en la actividad del volcán también ha causado la muerte de numerosos animales como vacas, caballos y gallinas, afectados por la ceniza y por consumir pasto impregnado de ese material sulfuroso.

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