Que dos de las cuatro pruebas españolas que se integran entre las 28 del calendario WorldTour, la Vuelta al País Vasco y la Clásica de San Sebastián, estén al borde de la suspensión por sus premuras de presupuesto; o que una tercera, la Volta a Catalunya, sobreviva con sus apuros, han despertado a una Unión Ciclista Internacional que hasta ayer obvió toda manifestación sobre los problemas de otras carreras de menor categoría. Un adelgazamiento del calendario estatal que ha ido de la mano con la desaparición de equipos. Dos, el Movistar y el Euskaltel, sobreviven en la élite.

Como si el ciclismo español fuera una especie de Grecia, ya se habla de rescate. La UCI, que días atrás se congratulaba por una auditoría de Ernst&Young en la que se bendecía la solidez del ciclismo en estos tiempos de crisis, con más equipos y mejores condiciones salariales para los corredores, admitió que asiste con preocupación a las últimas novedades españolas. "Somos conscientes de la vital importancia de proteger la herencia del ciclismo" , esgrime. "Definiremos una estrategia de intervención", avanza.

"La UCI se ha dado cuenta de que su apuesta por la globalización está muy bien, pero que no puede permitirse que desaparezca su patrimonio", apunta Rubén Peris, director de la Volta, la prueba por etapas más antigua [1911] del mundo tras el Tour de Francia y el Giro de Italia. Y admite: "Entre comillas sí es un rescate. Pero sin nada concreto".

La UCI, apelando a un "principio de solidaridad que rige en el Circuito Mundial", recordó su intervención en 2011 para salvar el Gran Prix de Plouay francés a través de la aportación económica de 30.000 euros de un "fondo de reservas". Por ahí, apuntan algunas fuentes, podría llegar una inyección que ayude a cubrir el agujero de 150.000 euros que necesitan la Vuelta al País Vasco, cuya primera edición se remonta a 1924, y la Clásica de San Sebastián, creada en 1981. Otras hablan del gran interés de Unipublic, organizadora de la Vuelta.

"Es que no hay carrera que no recurra a la ayuda institucional", explica Jaime Ugarte, director de País Vasco. "Y desgraciadamente o estás en el WorldTour o no existes. Nosotros somos un club, no podemos endeudarnos con créditos. Y cuesta mucho sacar la carrera adelante", añade Peris. Sólo en concepto de tasas de inscripción (federaciones catalana y española o la UCI, tema dopaje incluido), la Volta abona cada año 54.000 euros.

Casual y oportunamente, Pat McQuaid, presidente de la UCI, viajará a España este fin de semana para participar en el XXIII Congreso de la Unión Europea de Ciclismo, que tendrá lugar en Segovia el próximo domingo. Por otro lado, la posibilidad de que no se celebre la Vuelta al País Vasco ("Euskal Herriko Itzulia", en euskera) en 2012 ha impulsado el nacimiento de campañas como "Kontuz 1 euro" (Atención, 1 euro) para, con el euro aportado por cada aficionado en una cuenta específica, se cubran los 150.000.