Tiene 12 años pero quieren juzgarlo como a un adulto. Y si el juez lo autoriza y finalmente le condenan, pasará el resto de su vida en prisión, ya que el delito que cometió se castiga con la cadena perpetua. Se convertiría así en el norteamericano más joven con esta pena.

Se llama Christian Fernández y está acusado de matar a su hermano de dos años de un golpe en la cabeza. Ocurrió en marzo, en la casa donde viven con su madre, en Jacksonville, en Florida (EE UU). La Fiscalía ha solicitado que se le juzgue como adulto.

"Esta es una decisión triste y excepcional, pero es un paso que tenemos que dar porque tenemos que proteger a la ciudadanía de este joven", explica al diario británico Daily Mail la fiscal Angela Corey, que recuerda el historial violento del niño, que ya rompió la pierna al hermano que ha matado.

La defensa del chico ha argumentado la durísima situación familiar que ha vivido Christian. Su madre lo tuvo a la temprana edad de 13 años. Su padrastro se suicidó delante de ellos para evitar ser arrestado por abusos a los niños. Y su padre biológico está en prisión.

Los psicólogos han dictaminado que está emocionalmente subdesarrollado, pero que puede ser rehabilitado. "Todo el sistema le ha fallado. Este niño es una víctima", señaló uno de sus abogados. Su madre también ha sido acusada de homicidio imprudente. Si Christian fuera juzgado como un menor podría salir libre a los 21 años.

La edad penal comienza en España a los 18 años, aunque la Ley del Menor establece que a partir de los 14 se pueden exigir responsabilidades. Los condenados de 14 y 15 años pueden ser internados hasta un máximo de 6 años. Con 16 y 17 años el tiempo de internamiento se eleva a 10 y un juez puede decidir si siguen la condena en prisión. Los menores de 14 son inimputables.